A comienzos de junio, la Secretaría de Comercio lanzó los “Precios Justos Barriales”, un acuerdo que establece los precios de lista de más de 100 productos de consumo masivo, para que almacenes y autoservicios de cercanía puedan ofrecer estos artículos a un valor más accesible. Y, así, acortar la brecha existente con las grandes cadenas.
Tal como informó el Gobierno, se trata de un “acuerdo voluntario de precios entre el Estado Nacional, supermercados mayoristas, distribuidores y empresas de consumo masivo”. La semana pasada, se llevó a cabo una reunión “de seguimiento” en la Secretaría de Comercio para “evaluar cómo mejorar el programa”, sobre todo en lo referido a la fiscalización en mayoristas, según señalaron a Ámbito desde la cartera.
Allí, representantes de los comercios de cercanía expusieron que algunos mayoristas no cumplen con lo acordado. Aunque, de todas formas, remarcaron que la posibilidad de ofrecer precios más competitivos en algunos artículos “tracciona” el consumo.
Al respecto, Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA), explicó que “el 90% de la compra de la mercadería la tenemos que hacer en los mayoristas y los mayoristas en eso no nos están acompañando”.
“Vamos al mayorista a comprar lo que necesitamos, lo hacemos con un tiempo escaso, pero la mercadería no está señalizada. Exceptuando a una sola cadena donde, dentro de todo, la mercadería está y está señalizada. Los demás no acompañan. Ese es el grave problema que estamos teniendo ahora”, señaló Savore a Ámbito.
Además, el comerciante destacó que en muchos casos las empresas proveedoras “tampoco abastecen al mayorista”. “La bronca es que hablamos de apenas 100 artículos, cuando en un mayorista debe haber 12.000 productos. Deberían acompañar. Esto es lo que planteamos a la Secretaría de Comercio”, sostuvo.
De todas formas, más allá de los cuestionamientos, Savore resaltó que la posibilidad de ofrecer productos a precios competitivos tracciona las ventas: “Dentro de los 100 productos que integran el programa, hay 10 o 12 que son ‘estrellas’. Por ejemplo: un aceite, para vender a $373 seduce al cliente, tracciona, y el cliente viene a buscarlo. Un arroz que se puede vender a $341, hace que la gente venga. Esos son los productos que importan”.
“Siempre que uno pueda poner buenos precios, la gente va a venir. Por ejemplo: en este momento, la herramienta más poderosa que tenemos es cuenta DNI. El 30% de descuento con un tope de $2.200, son días que duplicamos la venta de un día de semana”, remarcó el titular de FABA.
Y subrayó: “Cuando nos dan herramientas, las hacemos valer, porque las necesitamos. Alguna empresa grande puede esconder la mercadería, porque sabe que va a aumentar y va a ganar más plata. Nosotros no podemos hacer eso, necesitamos generar la caja todos los días. Por eso peleamos por que llegue Precios Justos a nuestros negocios. Este programa hay que defenderlo y es por eso que llevamos nuestras inquietudes a la Secretaría de Comercio”.
De todas formas, Savore remarcó que la situación es compleja: “La venta está complicada, pero es la inflación lo que tenemos como contra. Se hace complicado manejar costos, cuando compraste a un precio, vendiste y cuando vas a reponer, la mercadería subió”.
La inflación, concluyó, juega un factor clave: “Porque todos los meses erosiona el sueldo del trabajador. Pero, por el otro lado, lo que vemos es que la gente ya no hace la compra fuerte en un supermercado, porque para llenar un changuito tenemos que hablar de $80.000. La gente se maneja con el día a día y eso no lo hace en un hiper”.