La carta la firman ocho legisladores de Unión por la Patria. Dicen que ocasionan “molestias”. Y solicitaron a la vicepresidente que garantice “el cómodo desenvolvimiento” de la actividad
La carta está fechada el 16 de julio y sorprendió al Gobierno. La enviaron ocho senadores kirchneristas, entre los que está Oscar Parrilli, está dirigida a la Victoria Villarruel y su contenido llamó la atención. Los legisladores pidieron a la vicepresidente que no permita que los policías y gendarmes que trabajan en la custodia del Congreso los días de protestas puedan utilizar los baños de la Cámara alta.

“Desde el Honorable Senado debe armonizarse la concurrencia del personal de las distintas fuerzas y el uso que hacen en el Senado de sus espacios comunes y de los sanitarios, aseguran el bienestar y la prioridad a los empleados de esta casa que cumplen funciones administrativas”, establece el texto al que accedió Infobae.
En la misiva, los senadores le reclamaron a Villarruel que “adopte las medidas necesarias para ordenar y regular la presencia de los integrantes de las distintas fuerzas de seguridad en el ámbito del Honorable Senado, asegurando que el uso de sus espacios se limite a lo estrictamente necesario, de manera coordinada, para evitar molestias o situaciones que alteren el normal funcionamiento, y el cómodo desenvolvimiento del personal legislativo y de los senadores nacionales”.

Antes de firmar con un “atentamente”, los senadores les transmitieron a la vicepresidente: “A la espera de se administre y se coordine esta situación, me despido con la consideración más distinguida”.
Las quejas de los legisladores se deben a que los días de protestas, sobre todo las que se realizan los miércoles por los jubilados, el Ministerio de Seguridad organiza operativos numerosos para hacer cumplir el protocolo antipiquete, que prohíbe los cortes de tránsito.
El kirchnerismo viene apoyando esas manifestaciones y cuestiona con dureza los operativos que organiza Bullrich, quien suena como posible candidata a senadora nacional de La Libertad Avanza por la ciudad de Buenos Aires. En los discursos de las principales espadas de Unión por la Patria, aparece la ministra de Seguridad como una de las figuras más cuestionadas del gobierno. La acusan de ejercer una política represiva de la protesta social.