Los robots asisten al cirujano en las operaciones. Permiten mayor precisión y reducen los tiempos de internación. En el mundo son tendencia pero en el país la limitación son los costos.
Enrique Rivero tiene 66 años y padecía cáncer de próstata. En 2021, fue sometido a una cirugía en la que le extrajeron ese órgano por completo. La particularidad es que en la operación intervino un robot cirujano, el DaVinci XI.
“No tuve dolores ni sentí ninguna molestia. La recuperación fue muy rápida. Estuve 48 horas internado. Al segundo día pude volver caminando a mi casa. Me sorprendí porque pensé que la internación iba a llevar mucho más tiempo”, describe incrédulo y satisfecho con el resultado. La intervención se denomina “prostatectomía radical robótica” (extracción completa de la próstata) y se la realizó en el Sanatorio Otamendi.
La cirugía híbrida con robots es una técnica quirúrgica que combina la tecnología robótica y la cirugía mínimamente invasiva para mejorar la precisión y la eficacia de las operaciones. En sanidad, revolucionaron la forma de diagnosticar, tratar e, incluso, prevenir ciertas enfermedades.
Los robots cirujanos asisten al cirujano, que está sentado en la consola de comando, para realizar procedimientos de alta precisión y complejidad en la mesa de operaciones, donde interviene un equipo multidisciplinario. Ya funcionan en algunas clínicas de Argentina. Se utilizan en múltiples procedimientos quirúrgicos: cardíaca, torácica, de columna vertebral, de abdomen, de pelvis, de cabeza y cuello y de próstata.
“En urología, dentro de las enfermedades tumorales, se puede: extraer la próstata en pacientes con cáncer; extraer un tumor de riñón, preservando el resto del órgano funcionando y extraer la vejiga para reconstruir una nueva utilizando el intestino”, puntualiza Norberto Bernardo, médico urólogo y director del Centro Argentino de Urología, en diálogo con Clarín.
El camino hacia una nueva medicina
Los aportes de la cirugía robótica a la medicina son muy importantes y se incrementarán aún más en el futuro. Permite una mayor precisión en la incisión y la manipulación de los tejidos, lo que reduce el riesgo de dañar los órganos y los nervios circundantes y evita que se tengan que hacer grandes incisiones en el abdomen porque el robot penetra a través de pequeños cortes de 5 milímetros.
Además, los brazos robóticos son capaces de moverse de manera más fluida y precisa que las manos humanas, lo que puede reducir la fatiga del cirujano y mejorar el control durante la operación.
Entre sus beneficios también redunda que, al ser una cirugía mínimamente invasiva, debido a que presenta menos pérdida de sangre y menos agresión quirúrgica, la recuperación del paciente postoperatorio es mucho más rápida y satisfactoria. Así, permiten mayor precisión en los quirófanos y menor tiempo de hospitalización de los pacientes. La técnica también posibilita una mejor visualización del área de operación.
El instrumental utilizado en cirugía robótica es costoso, pero los beneficios ofrecidos hacen que en los Estados Unidos más del 90 % de las cirugías por cáncer de próstata se realicen utilizando robots.
“En el caso de tratamiento por cánceres de próstata y vejiga, los resultados funcionales benefician la recuperación de la continencia de la orina y ayudan al mantenimiento de las erecciones”, describe Bernardo. Su primera experiencia con cirugía robótica fue en Cleveland Clinic, en 2002, durante un observership otorgado por la Sociedad Argentina de Urología.
“Si bien todo procedimiento quirúrgico tiene riesgos, la cirugía asistida por robot disminuye el sangrado y la necesidad de transfusiones. Además, reduce la incidencia de dolor y de posibles infecciones en el postoperatorio”, ilustra.
¿Cuáles son los beneficios para el cirujano?
Diego Pereyra es médico especialista en Terapia Intensiva y Tecnólogo, autor del libro “La salud del futuro”. Ante la consulta de Clarín, responde: “Hoy en día, están siempre dentro del mismo quirófano, pero con la comodidad de estar sentados y relajados en una posición ergonómica, con la cabeza apoyada en un sostén cefálico que los ayuda a mirar, sin tener que sufrir contracturas o sobrecargas musculares por permanecer en posiciones forzadas”.
Incluso, este tipo de cirugía les permite visualizar las estructuras en un tamaño agrandado y en 3 dimensiones. Además, los instrumentos adheridos a los brazos del robot no presentan temblor y ofrecen una mayor precisión en la manipulación de estructuras que deben mantener su funcionamiento normal.
¿En qué clínicas de Argentina funcionan los robots cirujanos?
La primera experiencia en Argentina fue la de Hospital Italiano, en 2008, pero la cirugía asistida por robot se realiza aún en pocos centros. En el Sanatorio Otamendi se trabaja con la versión XI de DaVinci, la última de la compañía Intuitive y también hay otras unidades de Intuitive en Hospital Italiano, Hospital Churruca y en el Hospital Madariaga de Posadas en Misiones.
Para Pereyra, la gran problemática que hay en Argentina es el costo porque los insumos que se requieren para cada cirugía están valuados en dólares, son importados.
“Termina siendo más barato ir a una cirugía convencional laparoscópica por ejemplo, en la que los materiales estériles, reutilizables y descartables que se usan son considerablemente más baratos que comprar los insumos descartables para una cirugía operada por un robot”, razona.
¿Cómo y dónde se pueden hacer las prácticas con robots cirujanos?
“En centros de entrenamiento seleccionados para certificar las aptitudes del cirujano en distintos lugares del mundo. Es una experiencia intensa y enriquecedora por la capacitación que otorga. Iniciamos la práctica a partir de febrero de 2021 y en el transcurso de la pandemia. Es un programa multidisciplinario que ya superó los 200 procedimientos”, distingue Bernardo.
En la misma tesitura, Pereyra destaca que las prácticas con los robots cirujanos se hacen en quirófanos especializados, con médicos que utilizan simuladores. “Es como un piloto manejando un avión, son horas de vuelo. Así como los pilotos pasan por un simulador para estar tranquilos, lo mismo sucede con los cirujanos que operan con estos robots. Se les ponen situaciones hostiles, escenarios complicados de sangrados, de paro cardíaco, entre otros, para que resuelvan cómo afrontarlas en una contexto de riesgo y urgencia”.
¿Cómo se entrena a un robot cirujano?
En un principio, los robots se utilizaron en la industria automotriz y después se diseñaron específicamente para el uso en cirugía mínimamente invasiva. Utilizan un software complejo que permite evaluar la eficiencia de cada movimiento.
“El cirujano robótico requiere de un proceso de entrenamiento exigente con aprendizaje progresivo del uso del sistema robótico, con exámenes que permiten otorgar una certificación que acredite sus habilidades. La conectividad permite operar con el cirujano ubicado a grandes distancias, utilizando internet y con sus asistentes en el quirófano junto con el paciente”, justifica Bernardo.
Se entrenan a través de capas, con sensores de movimientos. Saben distinguir densidades, colores, líquidos, cuándo no se debe tocar ninguna estructura física y cuándo hay que introducirse dentro de una cavidad.
Y, ¿cómo se entrena a un cirujano? “Hay simuladores que ofrecen los fabricantes de estos equipos de robots. Son equipamientos, como si fuesen de realidad virtual o tipo metaverso: enseñan desde cómo hacer un nudo quirúrgico hasta cómo cortar, clampear, cortar un paquete vascular nervioso, o romper un cálculo en pedacitos para poder sacarlo”, desarrolla Pereyra.
Los papers de la cirugía robótica
“Alta el mismo día después de la prostatectomía robótica” es un artículo que fue publicado en noviembre de 2019 en Journal of Urology de la Asociación Americana de Urología.
En el estudio se evaluó la realización de prostatectomía robótica de manera ambulatoria durante 18 meses en 500 hombres que se operaron de forma consecutiva. 246 (49,2%) fueron dados de alta el mismo día de la cirugía y los 254 restantes recibieron el alta al día siguiente, por una duración media de estancia de 0,51 días.
“El alta en el mismo día después de una prostatectomía laparoscópica asistida por un robot se puede ofrecer de forma segura y rutinaria, sin aumento en los reingresos o las visitas de emergencia. Puede conducir a ahorros significativos en los costos de atención médica”, subraya Bernardo.
“Estamos por publicar “La salud del futuro”, un libro en el que planteamos y ponemos en jaque los desafíos sanitarios que existen en materia tecnológica, en pos del bien de los pacientes y de la humanidad”, manifiesta Pereyra.
Y concluye: “No solo analizamos cuestiones de la robótica sino que también, por ejemplo, hablamos de cómo se puede manipular el genoma: todos sabemos nuestra fecha de nacimiento, pero desconocemos la de vencimiento. Creo que con la tecnología médica, en un futuro, podremos estimar cuántos años de vida vamos a vivir”.