La ciencia ensaya una vacuna múltiple que ataque los virus del Covid-19, la gripe común y la bronquiolitis. Ensayo en la Argentina.
El ingenio del ser humano se activa en toda su dimensión si la necesidad lo obliga a encontrar una solución alternativa y novedosa cuando lo conocido ya no funciona. La pandemia es una muestra contundente.
La humanidad logró aunar fuerzas para conseguir vacunas contra el Covid-19 en tiempo récord, y un proceso que normalmente lleva varios años se pudo concretar en menos de uno.
Pero esto no es todo. Ahora la ciencia va por más. Aprovechando el viento de cola que propició un evento trágico (recordemos que las muertes globales por el coronavirus ya se acercan a los cinco millones de personas, con unos 235 millones de contagios), los investigadores redoblan la apuesta y contraatacan con la búsqueda de una vacuna total, que no será (como el anillo de los hobbits y compañía) para dominar a todas las enfermedades, pero se le acerca bastante.
El equipo argentino, liderado por Fernando Polack, Romina Libster y Gonzalo Pérez Marc.
Entonces, la lucha contra el Covid-19, continúa y el futuro parece auspicioso: actualmente investigadores de primera línea duplican esfuerzos para realizar estudios que permitan obtener, en un relativo corto plazo, una vacuna múltiple que ataque a la vez a los tres principales virus respiratorios: el SARS-CoV-2 (responsable del Covid-19), el influenzavirus (causante de la gripe) y el virus sincicial respiratorio (VSR, que provoca la bronquiolitis).
Argentina a la vanguardia
En ese escenario, la Argentina se ubica en una posición de innovación a nivel internacional. Un equipo de investigación de nuestro país fue escogido para realizar estudios de fase 3 sobre una proyectada vacuna trivalente contra estos virus (www.vacunas60.com).
El grupo científico, de la Fundación Infant y el Hospital Militar Central de Buenos Aires, es el mismo que realizó, a fines del año pasado, los estudios de fase 3 para la vacuna Pfizer, que fue la primera en recibir validación de emergencia por un país (Reino Unido) y por la Organización Mundial de la Salud.
Habrá un salto importante en la salud respiratoria de los mayores de sesenta años.
Fernando Polack, médico pediatra y creador de la Fundación Infant.
Fernando Polack, el creador de la Fundación Infant, ve en esto un provenir prometedor. Le cuenta a Viva: “Los grandes eventos de la humanidad, aun los traumáticos, suelen catalizar enormes cambios en las ciencias. Esta pandemia no es la excepción, y uno de esos cambios será un salto importante en la salud respiratoria de las personas mayores de 60 años. Las neumonías y las gripes del adulto mayor empiezan a perder terreno frente a los avances de la medicina, particularmente en el área de las vacunas”.
Y agrega: “Entre los virus, hay tres amenazas para los mayores, Covid-19, gripe y virus sincicial respiratorio. Este último es poco conocido, pero interna y enferma gravemente a tanta gente como la gripe. Hoy, casi como en los viejos juegos de ladrillitos Lego, las compañías líderes de esta revolución avanzan con los primeros pasos de lo que serán –de una u otra forma– combinaciones de vacunas contra los tres virus. Vienen, a futuro, épocas mejores”, augura.
No son pocos los obstáculos que deben superarse para llegar a estas “épocas mejores”, pero hoy los científicos expertos en vacunas se animan a soñar con un contexto de inmunización que no parece tan lejano como antes de la pandemia.
Gregory Poland, director del Grupo de Investigación en Vacunas de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, Estados Unidos, le transmitió a Viva conceptos similares a los de Polack: “Son posibles varios escenarios futuros respecto del Covid-19: por ahora, lo inmediato serán dosis de refuerzo… Si se desarrollan nuevas variantes, es posible que veamos refuerzos de vacunas centrados en esas variantes. Además, se están desarrollando vacunas de próxima generación, que incluyen atomizadores nasales y vacunas orales, fórmulas administradas por parche y otras. Es probable que administremos las vacunas contra la gripe y Covid-19 juntas, tal vez como una sola vacuna, y también se está trabajando mucho en el desarrollo de una vacuna contra el VSR. Otro nuevo camino: es posible una vacuna contra el pancoronavirus, es decir, que cubra varios tipos”.
Un poco de contexto
Para conocer mejor el valor de la investigación en la Argentina a la hora de lograr una “vacuna total”, Viva entrevistó Romina Libster (pediatra, especialista en vacunas de la Fundación Infant) y a Gonzalo Pérez Marc (jefe de Investigación y Docencia del Departamento Materno-Infantil del Hospital Militar Central), líderes del equipo de investigación local de la vacuna trivalente, junto con Fernando Polack.
En el Hospital Militar, científicos dan un nuevo paso contra el Covid. Foto: Martín Bonetto.
Los tres vienen trabajando juntos en enfermedades respiratorias desde hace varios años. Relata Libster: “Cuando llegó el Covid, rápidamente empezamos a trabajar en diferentes perspectivas. Lo primero fue el estudio de plasma, un estudio enorme que desarrollamos desde cero y que tuvo un enorme impacto a nivel mundial, porque fue el primer estudio que demostró que el plasma administrado tempranamente en adultos mayores, una población de riesgo, podía frenar la progresión de la enfermedad severa en este grupo claramente vulnerable”. Recordemos que esta investigación tuvo lugar antes de que siquiera se avizorara en el horizonte alguna vacuna contra el Covid-19.
Luego, sí, llegó la propuesta de Pfizer para probar la vacuna en fase 3, la etapa de estudios clínicos en donde se administra un tratamiento o vacuna en grupos variados, con gran número de participantes.
Las fórmulas anti covid de próxima generación incluyen atomizadores y dosis orales.
Gregory Poland, director del Grupo de Investigación en Vacunas/Mayo Clinic,
“Más de mil profesionales trabajaron con nosotros en el estudio, para poder alcanzar los resultados que todo el mundo esperaba en tiempo y forma y poder darle luz verde a la primera de las vacunas que fue licenciada contra el Covid”, resume Libster.
Gonzalo Pérez Marc completa: “Nosotros logramos hacer algo único, y por eso tenemos el centro de investigación más grande del mundo, por lejos. Un estudio clínico de una vacuna, antes de 2020, tardaba entre 6 y 10 años, y podía incluir, en pediatría, entre 4.000 y 6.000 voluntarios mundiales durante 3 a 5 años de investigación directa. Nosotros llegamos a hacer 12.000 voluntarios en menos de un año en un solo centro. Pero lo más importante no es eso, sino mantener la calidad del dato, y eso lo logramos hacer a gran escala. En dos años vamos a llegar, más de 83.000 visitas médicas de investigación clínica. Está totalmente fuera de escala. El centro más grande de los Estados Unidos por la vacuna de Covid trabajó con entre 200 y 250 voluntarios a lo largo de tres meses, y nosotros para Pfizer hicimos casi 6.000 en un mes y medio”.
La meta es mejorar la salud. Los números impresionan, pero no se trata de mostrar los logros como medallas en una vitrina. Por eso hay tanta expectativa respecto de las investigaciones en contexto de pospandemia. Es necesario aprovechar este esfuerzo mancomunado a nivel mundial, en donde se aunó, como dice Pérez Marc, “la voluntad política con la voluntad económica y la voluntad burocrática”.
Análisis. La investigadora Romina Libster y el bioquímico Darío Alvarez. Foto: Martín Bonetto.
Con los virus respiratorios en el centro de la escena médica, el interés en innovar y llevar el éxito de las vacunas contra el Covid a todo el espectro de enfermedades respiratorias es lo que está impulsando hoy a buena parte de los científicos médicos, laboratorios y centros de salud.
“De lograrse una vacuna que trate todos los virus respiratorios –continúa Pérez Marc–, cambiaría la epidemiología mundial”.
“En pediatría no hay enfermedad que tenga mayor morbimortalidad respiratoria en el mundo entero que la bronquiolitis. No quiero exagerar –y obviamente hacer pronósticos en medicina, con el Covid-19, es ridículo–, pero si todo siguiera por este camino, si sale la vacuna contra el virus sincicial respiratorio y contra la gripe, va a cambiar la historia de la geriatría y de la pediatría sin duda. Va a ser mucho mejor la vida de los inmunosuprimidos (personas con una respuesta inmunológica defectuosa); va a ser mucho mejor el manejo de las guardias de emergencia en todas las instituciones de salud, que se ven colapsadas sistemáticamente en cada estacionalidad. Y eso va a pasar de acá a unos cuatro años”, se entusiasma Pérez Marc.
El trabajo por hacer
Todo suena muy bien pero, incluso teniendo en cuenta que los tiempos –a partir de la experiencia con el Covid– puedan comprimirse en extremo, aún queda mucho trabajo por hacer.
El médico argentino Carlos Alberto Guzmán es una autoridad mundial en el ámbito de las vacunas, y hoy se desempeña como jefe del Departamento de Vacunología y Microbiología Aplicada del Centro de Estudios de Enfermedades Infecciosas de Helmholtz, en Alemania. Consultado por Viva sobre los desafíos y dificultades de las vacunas combinadas en estudio, señala: “Incluir a otros virus que causan problemas respiratorios en invierno sería lógicamente deseable, pero, por ejemplo, para el VSR aún no hay una vacuna, así que la cosa sería más difícil y tardaría tiempo”.
“Evidentemente, cuantos más antígenos de distintos patógenos se incorporen, más problemas de inmunodominancia o interacciones entre los componentes puede haber, algo similar a lo que ocurrió cuando se comenzó a integrar más antígenos para las vacunas combinadas pediátricas… Si se integra una vacuna existente, también está el problema de que es necesario que la vacuna combinada sea igual de eficaz que la vacuna monovalente. Quizás lo más cercano es el ataque conjunto al SARS-CoV-2 y la gripe”, comenta.
Y da pistas sobre otro proyecto avanzado: “Novavax tiene una vacuna en fase 3 para gripe, y probaron, por un lado, la administración en humanos simultáneamente de su vacuna para Covid y de una vacuna para la gripe de otra compañía. También, en modelos preclínicos, testearon la coadministración de su vacuna anticovid y la vacuna contra la gripe que tienen en fase 3. Y vieron muy buenas respuestas inmunes y también de protección”.
Objetivos específicos
El caso de Novavax es característico de los cambios que ha propiciado la pandemia. La empresa estadounidense fue fundada en 1987 con el objetivo específico de crear vacunas. Hasta la fecha, sin embargo, no ha llegado a comercializar ninguna.
Ese paradigma de tiempos largos se alteró con el Covid, y en la actualidad el laboratorio está en etapas avanzadas para el lanzamiento de una vacuna doble contra la gripe y el Covid-19.
Viva se contactó con Novavax para conocer más en detalle el desarrollo de su fórmula y cómo mejoraría a la población.
Las investigadoras Analía Christmann y Romina Libster, en el Hospital Militar, evaluando anticuerpos contra el Covid-19. Foto: Martín Bonetto.
“Las vacunas combinadas reducen la cantidad de inyecciones necesarias para protegerse contra múltiples enfermedades. La simplificación en menos vacunas puede aumentar las probabilidades de que las personas reciban las vacunas recomendadas a tiempo, lo que reduce las demoras en la protección y aumenta la eficiencia del sistema de atención médica en su conjunto”, respondió la compañía.
Y sobre cuándo se puede esperar que esté disponible, comunicó: “Se esperan resultados del estudio durante la primera mitad de 2022. Los datos finales ayudarán a informar el siguiente paso, pero es probable que incluyan probar una o dos dosis coformuladas en un estudio de fase 2 para confirmar la dosis recomendada. Ambas vacunas han arrojado resultados sobresalientes en ensayos independientes de fase 3, y este estudio de una vacuna combinada es un gran paso adelante”.
La unión hace la vacuna
Indudablemente, son datos alentadores, y es para destacar el esfuerzo de tantos científicos, médicos y profesionales para ganar la pulseada a las enfermedades, en este caso respiratorias.
Ellos son los héroes, muchas veces invisibles, que permiten que la vida cotidiana vuelva al eje de la normalidad en situaciones que amenazan la existencia humana tal como la conocemos. Pero no son los únicos protagonistas de esta historia.
Romina Libster enfatiza la importancia de otro aspecto dentro de esta “revolución de las vacunas” de la que tanto se viene hablando en los últimos meses: “Con la pandemia hubo también algo muy interesante, y fue el compromiso y la participación de la comunidad. Muchísima gente empezó a estar más involucrada en todo lo que es estudio e investigación, y buscó entender, saber y preguntar. El involucramiento y el compromiso de la sociedad no científica de querer ser parte del avance y de la solución fue parte, creo, de una conjunción de eventos únicos que también llevó a que, a un año y medio pandemia, tengamos decenas de vacunas que se están investigando y miles de millones de dosis administradas en el mundo entero”.
La fórmula de Novavax contra el Covid-19 y la gripe. Foto: Archivo Clarín.
Libster recalca algo que, por enfocarse tanto en el virus, puede pasar inadvertido: desde que la OMS declaró al nuevo coronavirus una pandemia global, el 11 de marzo de 2020, se han administrado a la fecha 6.300 millones de dosis, y más de un tercio de la población mundial está completamente vacunado.
Esto no se logra solamente con el conocimiento científico. Es un trabajo en común en el que la sociedad global en conjunto ha demostrado ser capaz de orientar las voluntades individuales en una misma dirección.
Quizás sea esa (más aun que las pruebas bajo el microscopio) la mejor señal favorable sobre la posibilidad de llegar a una vacuna total.