Primero el Gobierno afirmó que las críticas del embajador argentino al candidato José Kast eran “a título personal”, pero más tarde debió intervenir el canciller para frenar la escalada del conflicto.
Tras un día de críticas y tensión diplomática por los dichos del embajador argentino Rafael Bielsa sobre el candidato presidencial José Antonio Kast, en Chile, el canciller Santiago Cafiero difundió que se comunicó con su par chileno, en un gesto de descomprimir el conflicto generado.
“Cafiero se comunicó esta tarde con Andrés Allamand, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, a quien le reiteró la decisión de la Argentina de ‘trabajar con el gobierno que resulte ganador una vez que finalice el proceso electoral’ en el vecino país”, hizo saber informalmente el entorno del exjefe de Gabinete de Alberto Fernández, ahora jefe de la diplomacia argentina.
La intervención de Cafiero se dio luego de que la Cancillería de Chile rechazara este lunes los dichos Bielsa contra Kast, el candidato presidencial que salió primero en las elecciones de este domingo, por referirse al mismo “en términos inadecuados”.
En declaraciones radiales, Bielsa -embajador argentino en Chile- calificó este lunes por la mañana de antiargentino al líder derechista que salió primero en los comicios presidenciales de este domingo en ese país, y lo comparó con el ex mandatario de los Estados Unidos Donald Trump y con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
“Estas expresiones representan una intromisión inaceptable en los asuntos internos de Chile y vulneran normas de la Convención de Viena sobre Relaciones diplomáticas”, advirtieron con dureza desde la diplomacia chilena.
Los dichos de Bielsa también recibieron críticas en el país, donde se volvió a marcar la distinta vara como el Gobierno se para ante el devenir interno de países donde las gestiones a cargo le son más o menos ideológicamente aceptables.
“La de Kast es una derecha rupturista, pinochetista, que no habla de derechos humanos, ni de desaparición de personas, ni de tortura, ni de responsabilidades estatales, y que no teme decir su nombre”, dijo Bielsa en declaraciones a las radios El Destape y Radio Con Vos.
Esas palabras distaron de las posturas no intervencionistas y lejanas a la condena del proceso electoral montado por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua o de posturas dóciles ante críticas a la Venezuela de Nicolás Maduro.
No casualmente, desde la cartera de Cafiero había dejado trascender más temprano que las palabras de Bielsa eran “su análisis personal”. “Es su opinión y listo”, dijeron desde la Casa Rosada. Una respuesta válida, si no fuera que Bielsa es la representación diplomática y política del gobierno de Fernández en Chile.
Antecedente polémico
Bielsa ya se había visto envuelto en otro conflicto por su desempeño como embajador en Chile.
Ocurrió a mediados de octubre, cuando senadores oficialistas rechazaron la defensa que hizo -en nombre del Estado argentino- de Facundo Jones Huala, el líder del grupo radicalizado Resistencia Ancestral Mapuche.
Huala cumple en el país trasandino una condena a nueve años de prisión por incendio.
El repudio a su participación fue manifestada en una carta. Allí, los legisladores expresaron su “más absoluta preocupación” por la conducta de Bielsa como diplomático. Incluso lo acusaron de “inmiscuirse” en la justicia chilena “de manera flagrante”.
Tras las críticas en Chile y en Argentina, la embajada intentó aclarar la actitud de Bielsa con una serie de mensajes en Twitter en referencia a conductas “relacionadas con la asistencia consular al ciudadano argentino Facundo Jones Huala”, según la caracterización oficial.
“De ninguna manera la Embajada argentina es o ha sido parte del proceso judicial en el que se condenó al ciudadano argentino Facundo Jones Huala”, dijo en otro tuit.
Más tarde, el propio Bielsa defendió su actuación en la audiencia judicial. En una entrevista con un diario argentino, aseguró que hay normas que lo obligaban a hacerlo y desmintió haber solicitado la libertad condicional de Jones Huala.