Se trata de un trastorno que afecta la capacidad de comunicación y es consecuencia de enfermedades del sistema nervioso. Infobae dialogó con especialistas para conocer en profundidad esta enfermedad
Cada 28 de junio se celebra el Día Mundial de la Afasia, un trastorno causado por lesiones en las partes del cerebro que controlan el lenguaje. Se trata de una condición que afecta la capacidad de comunicación y es consecuencia de enfermedades del sistema nervioso, que en algunos casos pueden evitarse. La causa más frecuente de su generación en las personas mayores de 45 años es el accidente cerebrovascular, mientras que los tumores le siguen en frecuencia, sobre todo, en los menores de esa edad.
“La afasia es una alteración del lenguaje y el lenguaje es poder expresar cosas, hablar, decir y tener fluidez y entender cosas. Las dos condiciones componen el lenguaje”, explicó a Infobae el médico neurólogo, Conrado Estol (MN 65005).
“Es el compromiso neurológico de nuestro lenguaje. Es una situación que surge cuando hay un daño en las áreas instrumentales del cerebro del lenguaje. No se compromete solamente el lenguaje externo, sino también el interno, el que usamos para pensar”. El médico neurólogo Alejandro Andersson (MN 65.836) aclaró en tanto que “lenguaje es tener la capacidad de nominar, es decir, nombrar los diferentes objetos, repetir una palabra que se escucha, comprender a alguien que habla o un texto que se lee, y de tener fluencia -o sea lenguaje espontáneo-. Y todo esto se puede perder”.
Según sostuvo el especialista, “es difícil imaginarse padeciendo afasia”. Y ejemplificó: “Sería como estar en un país con un idioma totalmente desconocido, donde además se nos perdieron las palabras que usamos para pensar. O sea que también perdemos nuestro lenguaje interno. Esto es mucho más complicado entonces que estar sordo y mudo. Sin lenguaje interior, nuestros conceptos e ideas se pierden, se compromete tanto la comprensión como la expresión del lenguaje, leer,oír, hablar o escribir pueden tornarse imposibles”.
Es importante diagnosticar la causa que origina la afasia y, una vez detectada, se recomienda ofrecer a la persona un abordaje multidisciplinario, con participación activa de la familia en su recuperación y en el entorno habitual del paciente.
Entre las causas de la afasia, la más común es el ACV; cerca de 25-40% de los sobrevivientes de ACV tienen afasia. También puede aparecer como resultado de una injuria cerebral por un traumatismo craneoencefálico o un tumor cerebral, entre otras. Asimismo, si bien es mucho más frecuente dentro de la población adulta, puede ocurrirle a personas de todas las edades. El mejor tratamiento disponible incluye medicación y rehabilitación intensiva. Hay en la actualidad numerosos fármacos disponibles que favorecen la recuperación y potencian el efecto de la rehabilitación.
Estol agregó que entre las causas, “también puede deberse a un traumatismo de cráneo, tumores cerebrales que crecen en el hemisferio izquierdo, que es el que en casi todas las personas es el área que se relaciona con el lenguaje”.
“Hay una forma de demencia, que se llama afasia progresiva primaria, que es ‘pariente’ del Alzheimer, pero en vez de empezar con problemas de memoria, que es como empieza esa enfermedad, las primeras manifestaciones son alteraciones de lenguaje para luego perder la persona la memoria y otras funciones como ocurre en esa patología”, precisó Estol.
Y agregó: “La llamada demencia frontotemporal tiene un componente de afectación del lenguaje muy fuerte, aqueja a gente más joven que el Alzheimer”.
¿Qué se compromete o daña en el cerebro para dar una afasia? “En el cerebro existe un área instrumental del lenguaje para la expresión, para la salida, en el lóbulo frontal izquierdo, y un área instrumental del lenguaje para la comprensión, para la entrada, en el lóbulo temporal izquierdo. En el 95% de los diestros y el 70% de los zurdos el lenguaje está en el hemisferio cerebral izquierdo”, detalló Andersson.
Y consultado sobre si es posible prevenirla, destacó que “la que depende de los ACVs, parcialmente sí, al bajar la posibilidad de un ACV. La que padece Bruce Willis no porque es degenerativa”. Cabe recordar que la familia de la estrella de Hollywood, de 67 años, informó el pasado mes de marzo el retiro del actor debido a “algunos problemas de salud, que están afectando sus habilidades cognitivas”. Luego se supo que sus médicos le habían diagnosticado afasia.
Sobre el tratamiento
Vanina García es la directora del Departamento de Fonoaudiología Adultos de INECO, y aseguró que “es importante que los médicos estén informados acerca de la importancia del tratamiento temprano de las afasias puesto que su derivación al tratamiento será fundamental para lograr una óptima recuperación por parte del paciente”. “La rehabilitación debe comenzar lo más temprano posible en la fase aguda, incluso aun cuando por algún motivo el tratamiento se pospuso y debiéndose realizar un abordaje intensivo tan pronto como sea posible -insistió la especialista-. El objetivo principal de la rehabilitación es el de mejorar las posibilidades de comunicación abordando al paciente como un todo, trabajando sobre cada uno de los componentes del lenguaje y , enfocándose , en su participación en la vida cotidiana, con objetivos terapéuticos dirigidos exclusivamente a las necesidades individuales del paciente. Además, para optimizar los resultados funcionales, puede ser necesario un equipo de tratamiento interdisciplinario que aborde las comorbilidades que pueden interactuar con la afasia”.
En lo que respecta a la rehabilitación, según García, “se les debe ofrecer a los pacientes programas intensivos e individualizados diseñados de modo tal que tengan un impacto significativo en su vida cotidiana y en la comunicación con el entorno”. Al igual que la evaluación, los tratamientos deben estar a cargo de profesionales idóneos. La intervención está orientada a trabajar sobre la dificultad en el lenguaje, a mejorar la funcionalidad y la participación del sujeto procurando su integración en la comunidad o con un soporte de comunicación aumentativo alternativo en caso de ser necesario. Por este motivo, la especialista destacó que “el enfoque puede ser individual, grupal o asistido por computadora (virtual)”.
Y tras asegurar que “los pacientes afásicos se beneficiarán con este enfoque de intervención tanto en la etapa aguda como en la crónica”, García sostuvo que “se debe incluir a los familiares y cuidadores en el proceso de rehabilitación. Es por esto por lo que ellos también deben recibir educación y apoyo sobre las causas y consecuencias de esta patología, además de aprender a comunicarse con ellos y sostener esta forma de comunicación aprendida”. Por otro lado, la información destinada a los pacientes con afasia debe ser administrada de manera amigable para pacientes y en formato accesible desde los aspectos de la comunicación.
“Debe además considerarse que el paciente necesita ser dado de alta asegurándose algún medio o método alternativo para comunicar sus necesidades y deseos, contemplando desde formas de comunicación aumentativa/alternativa, entrenamiento de pares o cuidadores o un plan documentado que indique de qué manera continuar la rehabilitación y cómo y cuándo la logrará”, enfatizó la especialista.
García sostuvo que “las propuestas son variadas y deben ser instauradas cuanto antes en el ámbito terapéutico. Tanto en la etapa aguda como en la crónica, existen abordajes específicos que pueden mejorar la calidad de vida de las personas, es el rol del fonoaudiólogo calificado decidir cuál es la adecuada para cada paciente en cada instancia de la rehabilitación”.
Inicialmente el abordaje es intensivo e individual a fin de abarcar las necesidades comunicativas inmediatas del paciente, que lo preparen para interactuar con su entorno más cercano, para luego y muy lentamente ir abriendo el espectro a un enfoque más pragmático con un abordaje grupal donde se ponen en juego todos los recursos de la comunicación en contexto.
“No debemos olvidarnos de las familias de los pacientes que transitan en paralelo todo este largo proceso -apuntó-. Debemos informarles respecto del cuadro que enfrentan los pacientes, las características del lenguaje, la forma en que deben dirigirse a ellos a partir de ahora y acompañarlos a fomentar en ellos una modalidad de comunicación que les sea accesible a ambos y que pueda ser sostenida en el tiempo”.
Y concluyó: “La tecnología avanza a pasos agigantados e intenta acercarse a la problemática de nuestros pacientes, pero no reemplaza la intervención terapéutica de un profesional calificado. Propone herramientas que pueden colaborar o sumar en la interacción comunicativa pero no cubren el intercambio uno a uno con el terapeuta quien, muchas veces, debe adaptar estas propuestas a las posibilidades y necesidades de los pacientes”.