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viernes, octubre 11, 2024
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Femicidio de Araceli Fulles: “Quiero perpetua para todos”, el reclamo de su madre

Este lunes empieza el juicio contra ocho imputados por el crimen ocurrido en San Martín en 2017. Uno solo está preso.

Hay balas en el pecho para toda la familia“. La amenaza de Carlos Cassalz fue dirigida a los allegados a Araceli Fulles, la joven de 22 años asesinada en abril de 2017 en San Martín, un impactante femicidio que este lunes tendrá el inicio del juicio oral con ocho acusados en el banquillo, entre ellos Cassalz (39).

El imputado permaneció libre hasta este domingo. Lo detuvieron cuando fue a votar a una escuela de San Martín después de haber enviado un video intimidatorio a la mamá de Araceli, Mónica Ferreyra (62).

Durante la investigación ya había sido condenado por el delito de amenazas y la fiscal del juicio, Mariana Piwarczuk, ordenó “un comparendo compulsivo por temor a que no se presentara a la citación del tribunal”, confiaron fuentes del caso.

Carlos Damián Cassalz (39), detenido cuando fue a votar. Es uno de los imputados por el femicidio de Araceli Fulles.

Carlos Damián Cassalz (39), detenido cuando fue a votar. Es uno de los imputados por el femicidio de Araceli Fulles.

Todas las mañanas, Ferreyra abraza el cuadro con la foto de su hija. La besa y le prende un cigarrillo. Es un ritual que la acerca cada día.

Este lunes Mónica repetirá la escena, pero con los nervios de ser la primera en declarar en el juicio que tendrá en el banquillo de los acusados a Hernán Rodrigo Badaracco, su jefe Cassalz, Daniel Alaniz, Hugo Cabañas, Marcos Antonio Ibarra, Marcelo Escobedo y los hermanos Jonathan y Emanuel Ávalos.

Todos están imputados por los delitos de “homicidio agravado por femicidio y por la participación de dos o más personas“. Se enfrentan a la pena máxima: perpetua.

Sobre Cassalz, Ferreyra advirtió: “Era sabido que iba a empezar a haber amenazas y muchas cosas porque van a querer impedir el juicio de mi hija”.

La última vez que vieron a Araceli fue el 2 de abril de 2017 en una plaza cerca de donde vivía. A las siete de la mañana envió el último mensaje a su mamá: “Prepará las cosas para el mate que estoy yendo para casa. Mónica puso la pava en el fuego, pero Araceli nunca llegó.

La búsqueda fue desesperada. La cara de Araceli estaba en las calles, en los canales de televisión y en las redes sociales. Pasaron 25 días hasta que la encontraron: estaba muerta.

Dijeron que había sido víctima de un abuso sexual múltiple,y que habían escondido su cuerpo en un freezer, pero el estado impidió que las pericias pudieran comprobarlo. Lo que sí constataron es que había sido asesinada por “asfixia mecánica”. La estrangularon con un precinto e intentaron esconder su cadáver en un pozo con cal.

Los padres de Araceli Fulles, Ricardo Fulles y Mónica Ferreyra, sostienen una fotografía de su hija, asesinada en 2017. Foto EFE/ Javier Castro Bugarín

Los padres de Araceli Fulles, Ricardo Fulles y Mónica Ferreyra, sostienen una fotografía de su hija, asesinada en 2017. Foto EFE/ Javier Castro Bugarín

Fue en la casa de Darío Badaracco (31), en José León Suárez, donde Alcón -un perro de la Brigada K-9 de Punta Alta- la encontró en el fondo, semienterrada.

Según la acusación, esa noche Araceli fue a comer un asado con un grupo de amigos. Emanuel Ávalos la fue a buscar para encontrarse con otro grupo en una plaza. Los perros ubicaron los rastros de la joven en el corralón de Cassalz, junto a su pariente, Escobedo. En la plaza también habían estado junto a Jonathan y a Badaracco. Darío -además- era empleado del corralón de Cassalz y fue en su casa que encontraron el cuerpo de Araceli.

El juicio

Desde este lunes y, estiman, hasta el 7 de octubre, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de San Martín encabezará el juicio. Los jueces Martín Klobovs, Carolina Martínez y Aníbal Bellagio escucharán a alrededor de 300 testigos y tendrán que decidir la responsabilidad penal de cada uno de los imputados.

La fiscal de juicio será Mariana Piwarczuk y el abogado Diego Szpigiel representará a la familia de Araceli.

“Cuando me enteré la fecha del juicio, sentí de todo. Me duele recordar los momentos que pasó mi hija, eso es lo que más me cuesta. Pero no me molesta verles la cara, yo los voy a mirar a los ojos aunque esté segura de que ellos no“, dijo Mónica a Clarín.

Ricardo y Mónica, los padres, en la habitación de Araceli Fulles.

Ricardo y Mónica, los padres, en la habitación de Araceli Fulles.

“Siento esos nervios, esa angustia, lloré demasiado esperando este día. Yo sé que hagan lo que hagan, pase lo que pase, no voy a recuperar a mi hija, pero quiero que paguen, que tenga la pena máxima: perpetua para todos”, añadió la mujer.

Mónica será la primera testigo en declarar este lunes cuando el juicio se inicie de manera presencial en los Tribunales de San Martín. Después lo harán su marido y sus hijos, los hermanos de Araceli. Excepto que los imputados hagan uso de su derecho y declaren antes de empezar con los testigos.

En estos cuatro años y cinco meses desde que perdió a su hija, la mujer se tatuó tres veces. En el brazo izquierdo escribió: “Tus alas estaban listas para volar pero mi corazón nunca estuvo listo para verte partir“.

Pedido de justicia por Araceli Fulles.

Pedido de justicia por Araceli Fulles.

Araceli siempre le decía que juntas iban a dibujarse en la piel una vaquita de San Antonio. Mónica tenía miedo de que hacerse un tatuaje fuera demasiado doloroso. Pero después del femicidio decidió cumplir con esa promesa.

“No existe dolor más grande que perder a un hijo. Pienso en Araceli y no me puede doler ninguna otra cosa, mucho menos un tatuaje. Perdí a dos hermanas, a mi cuñado y a una sobrina, pero no los pude llorar ¿sabés? Pero pienso en mi hija y me brotan las lágrimas. A ella le arrancaron la vida y pensar en todo lo que sufrió, si hasta la lastimaron cuando ya estaba muerta”, sostuvo su madre.

Durante la investigación, su familia y varios de los testigos recibieron amenazas de todo tipo. Estrategias para desviar la investigación, el crimen de Darío Badaracco (fue golpeado y quemado con agua caliente en el penal de Sierra Chica, en abril de 2019) y hasta mensajes intimidatorios fueron algunos de los tormentos que la mujer tuvo que atravesar hasta llegar al juicio.

Darío Badaracco fue asesinado en la prisión.

Darío Badaracco fue asesinado en la prisión.

“Así como no siento dolor más grande, no tengo miedo. Por mis hijos, nada más. A nosotros nos sacaron la vida junto con la de mi hija, no tenemos dolor, no tenemos miedo. El dolor más fuerte es haber perdido a mi hija, tenemos que seguir luchando para que haya justicia por ella, para que pueda descansar en paz”, afirmó Mónica.

“Por más sentencia que les den, no me la van a devolver, no la puedo sacar del cementerio. Quiero que paguen y tengan lo mismo que mi hija: que no puedan no salir más de la cárcel como Araceli que no puede salir del cementerio”, cerró.

En los últimos diez años en Argentina hay un promedio de un femicidio cada 30 horas. Según estadísticas de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema, sólo en 2018 fueron 278. La mayoría de los asesinatos ocurren en las casas de las víctimas y son cometidos por parejas o ex.

DÓNDE LLAMAR

Línea 144Atención para mujeres en situación de violencia.

Línea 137Atención a Víctimas de Violencia Familiar.

911 Emergencias

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