Pedro Sabo aseguró que “le arruinaron la vida” a él, y a su familia. Pidió que los delincuentes “no salgan más”. La detenida por el crimen tiene 15 años: su novio de 29 años, acusado de ser el tirador, será indagado
Durante la protesta realizada por más de cien vecinos que se concentraron frente a la Comisaría 2° de Ramos Mejía, a 300 metros de donde mataron este domingo a Roberto Sabo, un kiosquero de 48 años, padre de dos hijos, Pedro, el padre del comerciante asesinado, dijo entre lágrimas:
“Nunca pensé que me iba a pasar esto. Me arruinaron la familia. Nunca más puedo vivir tranquilo. Quiero agradecer a Alberto y a Cristina, que largan a los chorros, a todos los asesinos, a los matones, a matar gente buena a la calle. Gracias Alberto y gracias Cristina. Y gracias Guillermo Moreno”.
“Les quiero decir la frase de Susana Giménez: ‘Al que mata hay que matarlo, pena de muerte a los delincuentes’”, agregó el hombre, visiblemente perturbado por el dolor, y siguió: “(A los detenidos) los tienen guardados acá en la comisaría de Ramos porque los están cuidando para que la gente no les haga nada, manga de…”.
Luego, Pedro agregó: “Agradezco a mucha gente que viene a saludarme, que hace 40 años que trabajo en la misma cuadra. No sé qué decir. Nunca pensé que me fuera a pasar esto. Quisiera cortarle las manos a quien vote por Alberto y por Cristina. Porque nunca les pasó nada seguramente. Yo no pensé que me iba a pasar esto. Me arruinaron toda la familia, nunca más voy a vivir tranquilo”.
Hacia el final de la entrevista que dio a TN, Pedro explicó que su hijo heredó el comercio que le había pertenecido a él de él y que lo atendía junto a uno de sus nietos. “Yo empecé hace 40 años, trabajaba enfrente. De a poco lo ayudé con el kiosco, después me retiré porque me jubilé y ahora sigue él con mi nieto. Y ahora no sé qué vamos a hacer porque estamos llenos de delincuentes acá. No sé si mañana voy a trabajar y me matan a mí también”, apuntó.
Horas antes, en redes sociales, circuló un video donde se lo veía a Pedro Sabo llorando desconsoladamente en la puerta del “Drugstore Pato”, mientras abrazaba a un chico. “Ay, ay ay, ¿por qué?”, decía. “Pena de muerte para los chorros”, gritaba sin consuelo.
Tras el asesinato del kiosquero, los vecinos, amigos y familiares de Sabo se concentraron primero frente al comercio donde ocurrió el crimen y, luego, se trasladaron a la puerta de la seccional 2°, donde estaban detenidos los autores de crimen: un hombre de 29 años y una adolescente de 15. Entre aplausos y bocinazos, cortaron la calle para exigir “justicia” y hasta prendieron una fogata. Además de repudiar a Fernando Espinoza, intendente del partido de La Matanza desde el 12 de diciembre de 2019, también exigieron la presencia del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. El funcionario llegó al lugar a las 21:30.
Entre los testimonios que circulan en redes sociales y por algunos canales de televisión, se escucha un tono de hartazgo e indignación. “A tres cuadras del kiosco está la comisaría, con todos los móviles parados en la avenida de Mayo. Y a cuatro (cuadras) hay un control vehicular. Para la foto están, pero la prevención nada”, señaló Ulises Ramos, uno de los vecinos, en declaraciones a TN.
Y siguió: “Parece que uno de los delincuentes es menor y sería liberado en cualquier momento. La gente está indignada porque mañana puede salir a asesinar a otra persona”. Luego, se confirmó que la menor detenida tiene 15 años y es pareja de Leandro Suárez, acusado de ser el autor material del crimen, al que le incautaron un revolver en su detención.
El asesinato de Roberto Sabo ocurrió este último domingo a las 14 cuando el comerciante fue sorprendido por una pareja de delincuentes armados que intentó asaltarlo. El asesino le disparó en la cabeza y huyó.
Segundos después y para escapar, los delincuentes le robaron un Ford Focus color negro a un remisero a punta de pistola y, luego, una moto a un delivery: no llegaron muy lejos y los detuvieron luego de que ingresaran a un comercio para intentar despistar a sus captores.
En su poder hallaron cinco teléfonos celulares, dinero en efectivo, un revólver calibre .22 con cuatro vainas intactas y una servida. La menor fue remitida a una UFI de Responsabilidad Juvenil. Suárez, que en 2020 salió de la cárcel tras cumplir una condena de cinco años por dos hechos de robo y hurto, será indagado este lunes al mediodía por el fiscal Federico Medone.