Fue encontrada en su casa de Florencio Varela. Recibió amenazas y varias veces intentó quitarse la vida.
Paula Martínez, una joven de 23 años que hace cinco denunció una violación en grupo, fue hallada sin vida este domingo en su casa de Florencio Varela. Esperaba para marzo del año próximo el inicio del juicio oral contra las diez personas acusadas, una de las cuales permanece prófuga de la Justicia.
De acuerdo al sitio El Radar del Sur, Martínez fue encontrada por su tío, colgada de un ventilador con una cadena. Fue, en principio, y tristemente, el último de los varios intentos de suicidio que tuvo después de aquel episodio, que incluso la llevó a estar bajo tratamiento psiquiátrico en un hospital.
La joven asistió el 10 de diciembre de 2016 a la fiesta de cumpleaños de una vecina de la que había sido amiga en la infancia, pero con la que había perdido el vínculo. Y allí comenzó su calvario.
Según su denuncia, un primo de la anfitriona le dio una bebida que contenía algún tipo de droga. A partir de ese momento, comenzó a sentirse mareada y a perder paulatinamente la conexión con la realidad.
Luego, indicó, fue subida a una camioneta en la esquina de esa casa, situada en la calle Guardia Nacional al 1500 de aquella localidad del sur del conurbano bonaerense, y trasladada hasta una casa donde, de acuerdo a su relato, sufrió la violación en grupo.
Drogas, amenazas y denuncias
En una nota que concedió a TN en el año 2017, Martínez afirmó que cuando se presentó a realizar la denuncia, se cruzó con los presuntos abusadores. “No sé quién les avisó, ni qué fueron a hacer”, cuestionó.
En esa entrevista, también relató, en primera persona y con detalles, el infierno que atravesó: “Estaba con mi mamá y mi papá en mi casa, y vino la sobrina de los dueños de la casa de enfrente, con la que jugábamos cuanto éramos chicas. Una semana antes del cumpleaños, ella me pidió trabajo y le dije que sí, que me dé su currículum. Me dijo que sí y aprovechó para invitarme a la fiesta de cumpleaños”.
“El día de la fiesta (la vecina) me vino a buscar tres veces: la primeras dos le dije que no y la tercera accedí. Cuando voy, el primo de ella, uno de los violadores me dio una bebida que yo creo que ahí estaba la droga. De ahí empecé a sentirme mal, mareada, se me acerca otro de los violadores que es el que me habló y me volvió loca toda la noche y desde ahí recuerdo poco y nada”, repasó junto a su abogado.
Y agregó: “De ahí me llevaron a la esquina, me subieron a una camioneta blanca tipo Traffic y ahí me llevaron a la casa de otro de los violadores”.
“Yo recuerdo que eran más de cinco (personas) porque vi sombras y siluetas pero no sé quiénes son. Los únicos que reconozco son los cinco de la foto (que tenía en su mano)”, agregó.
Martínez remarcó que, cuando se presentó a hacer la denuncia, antes de cumplirse las 72 horas posteriores al hecho, dejaron asentado que “estaba alcoholizada”, pese a su aclaración de que había sido drogada. También sostuvo que recibió maltratos por parte del profesional médico a cargo de la examinación, que contra su voluntad fue un hombre.
La víctima aseguró además que, con posterioridad a ese hecho, recibió todo tipo de amenazas, las cuales denunció sin éxito en unas 30 oportunidades.
“Desde ese momento, ellos están libres y se siguen manejando con total impunidad en el barrio, mientras yo estoy hace un año con siete criaturas ahí adentro, porque tengo tres hijos y cuatro hermanos menores, corriendo peligro de vida. Y ellos no pueden ir ni siquiera al jardín”, reclamó hace unos 4 años.
En marzo de 2020, de hecho, Martínez realizaba un móvil para Telefé junto a su mamá, pero la entrevista tuvo que ser levantada cuando familiares de los detenidos la increparon en vivo.
“Esto es lo que sufro siempre, constantemente. Es inhumano vivir así. No entiendo cómo la Justicia sigue sin hacer nada”, manifestó la joven.