Cayó un 30% luego de que su principal accionista saudí dijo que ya no le aportará capital. El banco está en problemas desde hace meses.
Unas declaraciones del presidente del Banco Central saudí pusieron a temblar este miércoles las bolsas y la banca europea. Abdul Wahed Al Khudairy dijo al canal televisivo de Bloomberg que el Banco Central saudita, principal accionista del Credit Suisse suizo, no pondría más plata para sostenerlo después de que el banco anunciara unos resultados peores de lo previsto.
Las consecuencias de las palabras de Al Khudairy fueron inmediatas y al mediodía europeo Credit Suisse cayó en Bolsa de Zúrich el 30% de su cotización, en un mínimo histórico, para luego recuperarse levemente y cerrar en 24,4%.
A la decisión saudita se suma que en Europa sigue habiendo miedo a la situación real de bancos medianos y pequeños estadounidenses como el rescatado Silicon Valley Bank.
El euro perdió un 1% con el dólar a las pocas horas de cotización (de 1,0735 a 1,0615 dólares por euro) y también caían los dos índices de referencia del petróleo para el hemisferio norte, el West Texas un 1,7% y el Brent un 1,6%.
Bolsas en rojo
Las bolsas europeas cayeron en algunos casos más de 3% lastradas por la debacle del Credit Suisse.
Las principales plazas operaron con resultados negativos: Milán se hundió 4,61%, Londres 3,18%, Madrid 4,37% y París 3,58%. El selectivo DAX de la Bolsa alemana caía al cierre. un 1,3 %.
Bloomberg calculó que en tres horas se evaporaron 60.000 millones de euros de cotización de la banca europea.
Este jueves se conocerá si el Banco Central Europeo mantiene, como prevén todos los medios financieros, su senda de subida de tasas de interés porque considera que debe seguir luchando contra la inflación en Europa (está a la baja desde finales del año pasado).
Tomaría la medida a pesar de que los problemas en los mercados financieros recomendarían abaratar y no encarecer el precio del dinero.
La atención en Europa se centra sobre todo en la situación del Credit Swiss, segundo banco suizo, cuyas acciones apenas valen ya 1,73 francos suizos.
La situación de la entidad suiza afecta de nuevo, como hace dos días, a prácticamente toda la banca europea, pero hay algunos que salen especialmente señalados, como el alemán Commerzbank, el francés Société Generale y el británico Barclays. Cada vez que hay un catarro en los mercados financieros son los señalados, aunque el Banco Central Europeo los aprueba en sus periódicos exámenes de estrés.
Credit Suisse debe conseguir más capital en los mercados financieros pero la negativa saudí, hecha además en público, le deja en mala posición.
Un banco mal gestionado
Credit Suisse lleva meses dando malas señales. Es un banco que en Europa se considera mal gestionado y que ha pasado por varios escándalos.
Los saudíes argumentan que por motivos regulatorios no pueden poner más plata en el Credit Suisse pero en los mercados y los medios financieros el titular manda y la noticia es que el Banco Central saudí se lava las manos ante una inversión que considera un error y que no quiere aumentar.
Credit Suisse es un gigante, muy superior al Silicon Valley Bank. De ahí el pánico en Europa.
El banco suizo tiene activos por valor de 538.000 millones de francos suizos (unos 550.000 millones de dólares), casi el triple que el rescatado estadounidense.
Tiene banca privada, de empresas, gestiona activos financieros y funciona como banca de inversión. Su problema es que mientras que los bancos europeos daban beneficios en 2022, Credit Suisse dio 7.293 millones de francos suizos de pérdidas.
Un quiebre, “beneficioso”
Las lecciones de 2008, cuando estalló la última gran crisis financiera tras la caída del estadounidense Lehmann Brothers, pueden servir para 2023.
Los entonces famosos seguros de impago de deuda (credit default swap o CDS) para Credit Suisse están en su máximo histórico. Significa que el mercado nunca vio tan próximo su default. Los 800 puntos que marcan los CDS de Credit Suisse son el nivel que marcaba la banca griega en los peores años de la crisis financiera.
Esos CDS son un arma que se diseñó para asegurar inversiones pero que permiten especular. Cualquiera puede comprar un CDS para asegurarse ante el eventual default de un banco o un país sin siquiera tener acciones de ese banco o bonos de ese país. Así, le interesaría el default porque cobraría el seguro, el CDS.