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domingo, abril 28, 2024
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La crisis climática amenaza el canal de Panamá

La falta de lluvias y el cambio de las pautas meteorológicas están ralentizando el tráfico de buques que trasladan mercancías por todo el mundo.

Aguas poco profundas aunadas a las compras navideñas.

La sequía, agravada por la quema de combustibles fósiles, está ralentizando el tráfico de barcos que transportan mercancías dentro y fuera de Estados Unidos a través del estrecho y vital canal de Panamá, mientras el calor y la sequía en la región del Medio Oeste amenazan con secar en los próximos meses el río Misisipi, una arteria crucial para las exportaciones estadounidenses de maíz y trigo.

Buques de transporte en el Rin en Bingen, Alemania, en agosto de 2022, pasando por partes del lecho del río expuesto. Foto Wolfgang Rattay/ReutersBuques de transporte en el Rin en Bingen, Alemania, en agosto de 2022, pasando por partes del lecho del río expuesto. Foto Wolfgang Rattay/Reuters

Podría ser peor.

Podría haber múltiples sequías que afectaran varias rutas comerciales al mismo tiempo, perturbando el transporte (y los precios posteriores) de muchos tipos de bienes, incluido el gas natural licuado y los granos de café.

Se trata de un riesgo inminente en un mundo que se ha acostumbrado a todo, en todas partes y en todas las estaciones.

Por ejemplo, el año pasado, mientras Europa enfrentaba su peor racha de sequías en 500 años, los barcos transportaron una fracción de la carga que normalmente transportan a lo largo del Rin en Alemania, una de las vías más importantes del continente.

Los niveles de agua del Rin han mejorado este año, pero el río enfrenta un riesgo climático a más largo plazo:

la nieve y el hielo de las montañas que alimentan el Rin están disminuyendo.

El año pasado, la sequía también ralentizó los barcos en la ruta fluvial más importante de China, en el río Yangtsé, lo que obligó a las empresas a trasladar sus mercancías a los puertos chinos por carretera, lo cual es más costoso.

El río Misisipi también se clausuró brevemente en algunas partes en el otoño, debido a los bajos niveles del río.

Las condiciones excepcionalmente cálidas y secas en el centro del país este verano significan que eso podría volver a suceder este otoño.

Esas son malas noticias para la agricultura estadounidense.

Los granos cultivados en el Medio Oeste se mueven por el río Misisipi en barcazas antes de ser enviados a través del canal de Panamá y, luego, transportados por el océano.

“En septiembre, es posible que tengamos algunos problemas más graves”, afirmó Jon Davis, meteorólogo que trabaja con Everstream Analytics, una empresa privada que asesora a otras organizaciones sobre los peligros climáticos en las cadenas de suministro.

La sequía es un fenómeno natural recurrente.

Sin embargo, los riesgos de sequía son significativamente mayores en un mundo donde la temperatura mundial promedio es más alta debido a la quema de combustibles fósiles, sumado al regreso de El Niño, un fenómeno climático natural que puede durar varios años.

Eso podría traducirse en precios más altos para los consumidores estadounidenses y europeos o en menos artículos en los estantes, mientras los minoristas se preparan para la temporada de compras navideñas.

“Este tipo de problemas, en general, son cada vez más frecuentes”, añadió Davis.

“Sequías en Panamá, niveles bajos en el Misisipi. Niveles bajos en el Rin. Eso es motivo de preocupación para cualquiera que tenga intereses en el comercio global”.

Las sequías no son el único riesgo para las cadenas de suministro globales.

Las aguas anormalmente calientes del océano están empeorando el tamaño de las tormentas.

La temporada de huracanes en el Atlántico ha sido más activa de lo habitual; se han registrado nueve tormentas con nombre hasta mediados de agosto.

El transporte marítimo es la forma en que el 90 por ciento de los bienes mundiales llegan desde una parte del mundo a otra.

La zona alrededor del canal de Panamá está experimentando un año excepcionalmente seco.

Eso es malo para el canal, porque cada barco que lo atraviesa necesita millones de litros de agua para flotar, dependiendo de cuántos contenedores esté transportando y de su peso.

Los barcos han tenido que monitorear su peso este año, lo que implica reducir los volúmenes de carga.

Cada día pasan menos barcos; la Autoridad del Canal de Panamá, que gestiona la vía fluvial, ha restringido actualmente la cantidad a 32 por día, en comparación con 36 a 38 en otros momentos.

Se pronostican pocas lluvias, lo que significa que no se espera que los problemas del canal mejoren en el corto plazo.

El comercio mundial también es parte del problema climático.

Los barcos utilizan combustóleo pesado, que representa aproximadamente el 3 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

La industria acordó recientemente alcanzar la neutralidad de sus emisiones para 2050 o alrededor de esa fecha, aunque los activistas del clima calificaron el plan  “vago”.

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