Durante la audiencia de formulación de cargos contra Marina Silva (34), la policía que mató a balazos a sus dos hijos (2 y 7), las fiscales leyeron la nota que la agresora dejó en el cuaderno escolar de una de las víctimas.
“Ni Jonathan (por el padre de Bautista) ni mi mamá me hicieron embargar el sueldo. Yo sola me llené de deudas y no supe manejarlo. Quise que no le falte nada a los niños”, escribió Silva.
Al mismo tiempo, sumó: “Perdón, ya no pude más. No es culpa de nadie. Pero necesito paz. Pa y ma los amo, hermanos, gracias por todo y Jonathan perdón también, te amo. Perdón por no poder seguir más. No quiero que mis hijos sean una carga para nadie. Los amo tanto Bauti y Sofía, necesito que estemos juntos”.
Silva se encuentra detenida con prisión preventiva por 120 días en el Servicio Penitenciario de San Luis, según le contó a TN la fiscal Antonella Romagnoli. “Estamos a la espera de las pericias de todo lo que se secuestró en el domicilio del lugar del hecho”, confirmó la letrada sobre el futuro de la investigación. Se espera que la próxima semana haya novedades.
Los escalofriantes detalles de las autopsias a los cuerpos de los nenes
El resultado de las autopsias a los cuerpos de los dos nenes, Bautista (2) y Sofía (7), determinó que recibieron balazos en la cabeza y en el pecho. Además, antes de ejecutarlos, la mujer les puso almohadas en la cabeza.
También se conocieron nuevos detalles que sostienen la hipótesis económica detrás de la masacre, ya que Silva tenía deudas de millones de pesos con bancos, billeteras virtuales y entidades financieras
La policía mató a sus hijos mientras dormían
El doble crimen que enlutó al barrio Los Fresnos de Juana Koslay sucedió este martes entre las 5 y las 6 de la madrugada. De acuerdo a la investigación, las víctimas dormían en la cama que compartían con su madre cuando ella les puso almohadas sobre las cabezas y disparó.
Después, envió un mensaje al grupo de WhatsApp que tiene con sus hermanos para pedir pedirles perdón por lo que había hecho, también llamó a la comisaría 34 donde prestaba servicios y se fue del lugar dejando la puerta abierta para que pudieran entrar los efectivos.
Tras descubrir los asesinatos, la policía desplegó un operativo en la zona para encontrar a Silva y la hallaron poco después a orillas del dique Cruz de Piedra, sentada, llorando y con el arma reglamentaria. Todo el tiempo repetía que quería quitarse la vida y finalmente quedó detenida.