En la comparación con abril, el incremento fue de un 1%, según precisó el Departamento de Trabajo de ese país.
En un problema que en Argentina se conoce bien de cerca, Estados Unidos también sufre por estos meses los embates de la inflación con cifras que no se registran desde hace 40 años.
Según informó este viernes la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo, la inflación volvió a ganar fuerza en mayo y acumula un incremento de un 8,6% en los últimos 12 meses, el número más alto desde diciembre de 1981.
El incremento intermensual de precios fue de un 1%, cifra superior a la esperada por los analistas tras la moderación que había registrado el mes anterior con un alza del 0,3%
La subida de mayo fue impulsada mayormente por el encarecimiento de la energía -que aceleró su subida- y, en menor medida, por el alza de los precios de la vivienda y los alimentos.
Los precios de la energía (gasolina, crudo, electricidad y gas) acumulan un aumento de un 34,6% en los últimos doce meses, empujados por el precio del crudo, que en el mismo período subió un 106,7%, el mayor aumento desde que se recogen datos.
Los precios de los alimentos, por su parte, subieron un 10,1% interanual -el incremento fue mayor en los de compras en el supermercado, que aumentaron un 11,9%– mientras que los de la comida en restaurantes se incrementaron en un 7,4%.
Ambas cifras son ligeramente superiores al aumento que se registró el mes pasado, lo que contribuyó a que la inflación creciera en mayo al ritmo más rápido que se ha registrado en el país en los últimos 40 años.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente fue del 6 % en tasa interanual.
El precio de la vivienda, uno de los que más peso tiene en el cálculo de la inflación subyacente, subió un 5,5 % en un año y su incremento mensual fue del 0,6 %.
La inflación rampante obliga a pagar mucho más por los alimentos, la gasolina y el alquiler y reduce el poder de adquirir artículos no básicos, y golpea mayormente a los hogares de menores ingresos -en particular los hispanos y negros- porque deben dedicar una mayor parte de sus ingresos a los artículos de primera necesidad.
Los economistas prevén una reducción de la inflación este año, aunque no en gran medida. Según el promedio de estimaciones, el índice de precios al consumidor podría bajar a 7% para fines de año.
La alta inflación ha obligado a la Reserva Federal a aplicar la serie de aumentos de las tasas de interés más rápida de los últimos 30 años, con el objetivo de enfriar el gasto y el crecimiento lo suficiente para frenar la inflación sin provocar una recesión.
Las encuestas revelan que, para los estadounidenses, la inflación es el problema principal y la mayoría desaprueba el manejo de la economía por el presidente Joe Biden.