Esta innovación de plataforma genética emergió con la pandemia para detener la transmisión del virus SARS-CoV-2 que provoca el COVID-19. Ahora promete avances para otras enfermedades raras, severas e incurables. La palabra a Infobae de los científicos de élite de Pfizer
Lo peor del discurso antivacuna es que no está a la altura de esta época global de esplendor científico. Más de veinte enfermedades potencialmente mortales -incluyendo el COVID-19- pueden prevenirse hoy en día gracias a la inmunización. El contexto socio-histórico de la pospandemia sirvió para reforzar la idea de que las vacunas tienen poder en sí mismas: salvan 5 vidas por minuto en todo el mundo y representan el futuro de la medicina, sobre todo para enfermedades que aún no conocen la cura.
Es así como las vacunas contra el COVID-19 nacieron acorde los tiempos: veloces e innovadoras. Cada una en sus diferentes plataformas tecnológicas fueron el resultado de un trabajo científico global, mancomunado y colaborativo; propulsado además por un fast- track entre reguladoras, laboratorios y Estados en pos de aportar al hito científico de detener las muertes y la infección severa provocada por el nuevo coronavirus SARS-COV-2.
Pero hay que decirlo: si bien todas las vacunas contra el COVID-19 aprobadas e inoculadas en todo el globo han demostrado seguridad y eficacia, no todas tienen la misma proyección de cara al futuro. Algunas ya nacieron grandes por su historia de origen. Y este es el camino que hoy evidencian las vacunas de plataforma genética de ARN mensajero que había comenzado su investigacion aplicada tras la pista de la cura del cáncer, y la irrupción de la pandemia no solo cambió su destino, sino que permitió acelerar los tiempos de su momento ¡Eureka!
La potencia del descubrimiento se impuso por una doble vía de desarrollo científico, la del binomio norteamericano-alemán Pfizer-BioNTech y la creada por el laboratorio boutique de Massachusetts, Moderna. Ambos gigantes pharma pusieron los primeros viales disponibles en gran volumen de producción para todo el globo, incluso con la previsión del transporte de ultra frío que necesita la vacuna antes de ser aplicada.
Nicolás Vaquer, gerente general de Pfizer región Argentina (Argentina, Uruguay y Paraguay) apuntó a Infobae hace algunos meses cómo algunas cuestiones de la pandemia llegaron para quedarse como las buenas prácticas público-privadas y la ciencia globalizada. “Es fundamental para encontrar soluciones que lleguen a los pacientes, no solo desarrollar tecnologías nuevas como la de ARN mensajero, sino también desarrollar la colaboración y la capacidad de compartir datos con los gobiernos para tomar decisiones rápidas. Durante la pandemia la gente advirtió de manera cabal el valor protector de las vacunas”, señaló Vaquer.
En diálogo exclusivo con Infobae Gabriela Ábalos médica argentina y líder regional de vacunas para Latinoamérica de Pfizer señaló, “todos aquellos que quieran militar la no salud como expresa gran parte del discurso de los antivacunas van a tener que repensarse, porque todas las líneas de investigación para evitar y/o prevenir un nuevo colapso sanitario mundial que tiene en marcha este siglo XXI terminan en vacunas”.
— Pfizer en alianza con el hub biotecnológico BioNTech crearon y pusieron en escala el descubrimiento estrella de la pandemia: la plataforma de ARN mensajero. Tres años después, ¿cree que este hallazgo cambiará el destino por un lado del COVID-19 y de qué otras patologías? ¿Cuál es el verdadero alcance de este desarrollo?
— Gabriela Ábalos: Seguro que será altísimo su alcance porque una vez que se llega a semejante desarrollo en tan poco tiempo para el bien de todos es mejor sacarle el mayor beneficio posible. Antes de la pandemia Pfizer y BioNTech ya estaban colaborando para tratar de desarrollar una vacuna antigripal que sea universal, que no necesite o tratar de que no necesite las modificaciones anuales de las vacunas de la gripe (actualizarlas de acuerdo a las nuevas cepas del virus) para tratar de mejorar incluso la inmunogenicidad y la eficacia de la vacuna.
También sé que esta tecnología de ARNmensajero previo a la pandemia estaba siendo investigada y desarrollada para la cura y la intervención en cáncer o en enfermedades raras. Lo que hizo la pandemia fue darle un recontra empujón. Y que en vez de tardar 10 años en demostrar determinada cosa se hizo todo en un año. ¡Fue increíble! La pandemia obligó a dar un giro de 180 grados hacia focalizar toda esta intención de colaboración y que fuera puesta al servicio de la vacuna de COVID.
La vacuna de COVID de Pfizer-Biontech demostró inmunogenicidad y seguridad, ambas cosas súper importantes junto a la eficacia y efectividad. Entonces desde el punto de vista de la puerta que le abre a otras enfermedades infecciosas es enorme. Y ahí hay un potencial muy grande porque hay otras necesidades médicas insatisfechas. Por ejemplo, enfermedades infecciosas que bien vale la pena invertir y estudiar. Pfizer ahora está trabajando con BioNTech en la vacuna de gripe, esa que ya habían empezado la colaboración. Y están trabajando también en una vacuna para el herpes zóster. Sé que además BioNTech ha anunciado algunos intentos de colaboración para desarrollar vacunas de malaria, lo cual es una necesidad insatisfecha enorme.
— Hay mucha investigación dando vueltas alrededor de la cura del cáncer, una obsesión científica lógica porque es la principal causa de muerte en el mundo. Estamos cerca de dejar los actuales tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia y que llegue el momento en donde la plataforma de ARN tenga un lugar preponderante para la cura del cáncer…
— Gabriela Ábalos: He tratado y he tenido que asistir a niños con cáncer y sabía los protocolos a los que estaban sometidos. Protocolos con quimioterapia que es como una bomba que ataca a todo el organismo. Ataca a las células cancerígenas y también a las células del cuerpo y esto hace que provoque todos los efectos colaterales que provoca la quimioterapia. Creo que la oportunidad que tienen este tipo de terapias génicas es precisamente desarrollar anticuerpos y potenciar la inmunidad que tiene nuestro cuerpo para luchar contra esas células cancerígenas que están proliferando en el organismo fuera de control.
Muchas veces el cáncer tiene que ver también con la incapacidad del sistema inmunológico de controlarlo, porque el sistema inmunológico no está solo para las infecciones sino también para las células cancerígenas. Las terapias genéticas no solo tienen la posibilidad de crear un target específico potenciando el sistema inmunológico contra esas células cancerígenas, sino que también tienen la posibilidad de corregir algunos errores genéticos que provocan las llamadas enfermedades raras: enfermedades de músculos, del sistema nervioso, enfermedades hepáticas. Es decir, desde el punto de vista del sistema inmunológico hay un montón para desarrollar y explorar. Y tener más posibilidades que puedan ser alcanzados por todos. Para que el acceso a la salud pública con estas terapias sea más equitativo también.
Tanto la doctora Ábalos como el doctor Alejandro Cané, líder de asuntos científicos y médicos para América del Norte de la división de vacunas de Pfizer, saben del trabajo colosal del laboratorio Pfizer-Biontech con la tecnología ARN mensajero.
Cané fue la primera voz científica que le adelantó al mundo entero que las vacunas de ARN mensajero iban a tener un impacto muy relevante en la pandemia por COVID-19 y en las que vendrán. Cané vive y trabaja en Filadelfia, Estados Unidos, y visita regularmente Buenos Aires. Nunca olvida de dónde viene, y se esmera en hurgar entre sus recuerdos orgullosos de su formación en la Argentina, en el Hospital de Niños de la Ciudad de Buenos Aires; y cita una y otra vez a quien considera su gran maestro, el infectólogo argentino Eduardo López.
Ábalos es médica graduada con honores de la Universidad de Buenos Aires. En 2007 fue seleccionada como jefa de Residentes e instructora en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez para enfermedades infecciosas pediátricas colaborando en importantes proyectos relacionados con la inmunización contra el neumococo, el meningococo y, más recientemente, el COVID-19. Ha liderado la conversación científica con autoridades de gobiernos, organismos reguladores, sociedades científicas y líderes de opinión. Hoy es líder médica de vacunas de Pfizer para América Latina, rol que desempeña desde febrero de 2022.
¿Cuál es el futuro de las vacunas de ARNmensajero?, se autointerroga la mente brillante de Cané. En dialogo con Infobae Cané adelantó sobre el trabajo de Pfizer con la tecnología ARN mensajero enfatizando que “estamos avanzando rápidamente en otras áreas de investigación de vacunas de ARNm y tenemos los ojos puestos en otras enfermedades infecciosas, especialmente las virales, como la gripe y el herpes zóster. Nuestro objetivo es mantener el liderazgo en ARNm con enfoques potenciales que cambien el alcance de la vacuna. Las vacunas de plataforma ARNm cambiaron el paradigma de cómo se controla una pandemia. Lo que mostramos en Pfizer primero es que se trata de una tecnología que permite el desarrollo en tiempos diferentes a los que estábamos acostumbrados, más rápidos”.
Paradojas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a las vacunas – al acto de inmunización en general- como un hecho indispensable de este siglo XXI acosado por las virus, endemias y pandemias y que forman parte del sustento de la seguridad sanitaria mundial.
Sin embargo asistimos a una paradoja aún irresuelta: la pandemia nos ha llevado a un retroceso en el número de personas inmunizadas para otras enfermedades. Se estima que, a lo largo de estos dos últimos años, la tasa de cobertura de vacunación en la región descendió de un 86% (2019) a un 50% (2021). Prueba de ello es el retroceso de casi tres décadas de progreso en la poliomielitis y el sarampión. La cobertura de vacunación para otras enfermedades infantiles también ha retrocedido, y la difteria y la fiebre amarilla amenazan con resurgir a menos que los países tomen medidas urgentes.
Carlos Torres, infectólogo pediatra, miembro del Comité de Vacunas de Infecciones de la Sociedad Colombiana de Pediatría y de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, aseguró a Infobae que “el no vacunarse no es un simple acto de autonomía y decisión personal, sino un acto en contra de la sociedad y de cada uno de sus miembros”.
“Las enfermedades prevenibles por vacunas tienen un potencial de generar brotes en la comunidad, epidemias o pandemias. Las consecuencias generadas de esa transmisión a la población, en términos de costos, muertes y sufrimiento, tienen un impacto en todos, particularmente en sistemas como el nuestro, en donde la salud es un bien público y solidario, ”agregó el especialista.
Cané precisó a Infobae: “En Pfizer estamos trabajando no solamente en una vacuna de COVID para pediatría y para adultos, sino también en una vacuna para el virus sincicial respiratorio, que va a vacunar a las mujeres embarazadas para proteger a los bebés durante los primeros seis meses de la vida. Y también, en los adultos mayores de 60 años, para prevenir lo que creemos que es la segunda causa de muerte por enfermedad respiratoria, después de la gripe que es el virus sincicial respiratorio con una altísima morbimortalidad”.
La vacuna contra el virus sincicial está en su Fase III, terminando el estudio y sometiéndose a las autoridades regulatorias de Estados Unidos y Europa; seguramente ocurra en el segundo semestre de 2023 que podamos disponer de esta vacuna. En la Argentina, el doctor Fernando Polack es quien conduce los ensayos clínicos de esta vacuna.
“Esta pandemia por COVID es la punta de lanza pero hay muchísimas otras vacunas en las que estamos trabajando, la vacuna de influenza, para herpes zóster, una enfermedad asociada a la varicela en los adultos mayores; vacunas combinadas de influenza y COVID en una misma inoculación, y también lo que nosotros llamamos vacunas terapéuticas: tratar esa molécula de ARN mensajero para poder intervenir en el tratamiento del cáncer”, sentenció Cané a Infobae.
ARNm, soy tu fan
Cada vez se acumula más evidencia en varios estudios clínicos alrededor del mundo que sugieren que las fórmulas creadas con esta tecnología de ARNmensajero serían la clave para “romper la cadena” y ponerle fin a la propagación del virus SARS-CoV- 2. Lo resumió de manera contundente a la revista Science el cardiólogo, genetista e investigador estadounidense, Eric J. Topol, quien escribió: “No todas las vacunas contra el COVID-19 son iguales”.
Topol citó un estudio realizado en el Reino Unido, publicado en The New England Journal of Medicine, que encontró que la vacuna Pfizer superó a la vacuna AstraZeneca en la prevención de la infección sintomática por la variante Delta por 21 puntos, 88% a 67%. Esa diferencia sustancial, “probablemente se traduzca en una mejor supresión de la transmisión, a diferencia de las similitudes de las vacunas en la reducción de hospitalizaciones y muertes”, escribió el experto.
Muchos científicos sospechan que las vacunas de ARNm superan a otras en la prevención de infecciones debido a los altos niveles de anticuerpos bloqueadores de virus, llamados anticuerpos neutralizantes (NAB), que generan. “Las vacunas de ARNm están armando el sistema inmunológico de una manera que parece ser mejor y en mayor magnitud que algunos de los otros enfoques”, aunque nadie está seguro de por qué, le dijo a Science Larry Corey, vacunólogo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson.
El debate llega hasta adónde se dirigen las políticas públicas sanitarias. Los expertos insisten en que frente al rendimiento de las vacunas de ARNm contra el COVID, éstas debieran distribuirse ampliamente en los países más pobres, que hasta ahora se han basado principalmente en comprar e inocular AstraZeneca, la vacuna rusa (Sputnik V) y las chinas (Sinopharm y Sinovac), entre otras. Corey remarcó que, “a las vacunas de ARNm habría que sumarlas a las políticas públicas. Hay que llevar estas vacunas más potentes a los países de ingresos bajos y medios”.
Desde su anuncio de manufactura y distribución a fines del 2020, Pfizer y BioNTech han entregado 3,300 millones de vacunas en 179 países y territorios en todas las regiones del mundo. Cabe resaltar que la vacuna de Pfizer y BioNTech cuenta con un rango de edad desde los 5 años en adelante de acuerdo con los órganos regulatorios más importantes del mundo como la FDA y la EMA, lo que ha permitido comenzar a inmunizar a la población pediátrica en diversos países.
Es importante destacar que durante el año 2021 se anunció la firma de una carta de intención con el laboratorio Eurofarma, una compañía biofarmacéutica brasileña, para la manufactura de la vacuna COVID-19 y su distribución en América Latina. En su máxima capacidad, Eurofarma podría producir 100 millones de dosis anualmente para su exclusiva distribución en la región.
— ¿Cree que la opinión pública mundial tomó finalmente noción del valor social de las vacunas?
— Gabriela Ábalos: Soy pediatra e infectóloga, nunca vi una polio, nunca vi un sarampión porque cuando empecé la residencia el último brote de sarampión había pasado hacía décadas. Hoy, para los nuevos padres, hacen que haya algunas vacunas que no sean valoradas porque fueron, como también escuché a otros maestros, víctimas de su propio éxito. Creo que hubieron varios momentos en la historia en donde a los que les tocó sufrir recibieron esa herramienta de prevención y la utilizaron. Y después cuando fue desapareciendo el riesgo esa percepción de valorarla se fue perdiendo. Ahora pudimos experimentarlo en este tiempo contemporáneo con el COVID-19.
La sociedad latinoamericana es mucho más acogedora con las vacunas que otras. De hecho los brotes de sarampión vienen de Estados Unidos y Europa. Y respecto del COVID y teniendo sobreabundancia del instrumento (vacunas) la sociedad norteamericana no ha logrado perforar el 60% de vacunados.