La medida fijada antes de las elecciones vence a fin de mes, pero las entidades temen que sea prorrogada por las presiones cambiarias.
En medio de renovadas presiones cambiarias y un endurecimiento de los controles para evitar una mayor pérdida de reservas, el Banco Central definirá en los próximos días si extiende o no las restricciones fijadas a los bancos para comprar divisas, una medida adoptada antes de las elecciones del domingo para evitar “un salto especulativo” del tipo de cambio.
Si bien la medida vence a fin de mes, las entidades le solicitaron la semana pasada al organismo presidido por Miguel Pesce que no la prorrogue ante la preocupación de que se repita lo ocurrido con otras disposiciones temporales que luego continuaron. El pedido asomó en una reunión por zoom entre las áreas contables de los bancos con técnicos del BCRA.
“Siempre está ese temor, todo arranca como algo transitorio y termina siendo permanente“, explicó uno de los representantes de los bancos que participó del encuentro virtual, uno de los tantos que acostumbran a mantener los funcionarios de Pesce para clarificar los alcances de sus cambios normativos, en este caso el de la comunicación A7395 del jueves 4 de noviembre.
En un intento por llevar calma, desde el BCRA les aseguraron a los hombres de la city financiera que la medida “muere” el 30 de noviembre, cuando está previsto su vencimiento. Pero según pudo saber Clarín el directorio evalúa por estas horas la posibilidad de extender la resolución unas semanas más hasta que afloje la presión sobre el dólar.
En Reconquista 266, hay un balance positivo del acatamiento a la comunicación oficializada el jueves 4 de noviembre pasado que obligó a las entidades a mantener hasta fin de mes la posición global en moneda extranjera al contado en el mismo nivel del promedio mensual de saldos diarios registrado en octubre o el vigente a esa fecha.
Se calcula que los bancos tenían una Posición Global Neta de Moneda Extranjera (PGNME) cercana a US$ 1.100 millones en conjunto y la regulación los forzó en algunos casos a vender para bajar su exposición en dólares a US$ 900 millones, sin contar los bonos, futuros ni créditos a exportadores vinculados a dicha moneda.
Luego de que ese jueves el dólar blue tocara los US$ 200 y la brecha con el oficial alcanzara el 100%, los cambios le permitieron al BCRA comprar US$ 200 millones al día siguiente, pero el alivio fue efímero ya que la semana previa a las elecciones tuvo que desprenderse de US$ 630 millones de sus reservas en ventas en el mercado de contado.
“En general los bancos habían vendido en el spot (mercado de dinero en efectivo) y comprado futuros. En noviembre el mercado cerró esa posición recomprando divisas, que en general era de órdenes de pagos de exportadores pendiente de liquidación. Esta medida obligó al mercado a volver a vender dólares“, dijeron desde un banco.
Después de sacrificar el lunes US$ 35 millones en el mercado de cambios, el Central logró comprar el martes US$ 50 millones y cortar así la tendencia vendedora de lo que va del mes, mientras que en el mercado financiero donde se opera con bonos la entidad se corrió y permitió que subieran los dólares financieros regulados a $ 200 y $ 204.
El aparente cambio de estrategia en ese frente se produjo después de destinar en el año US$ 2.600 millones para contener la brecha en dichas cotizaciones paralelas y en simultáneo con una nueva restricción que desde este martes limitó aún más la cantidad de operaciones con bonos AL30 en ese segmento para acceder al dólar contado con liquidación (CCL).
Las reservas también siguen presionadas por los pedidos de importadores e industriales para efectuar pagos anticipados de bienes extranjeros. Luego de limitarlos a principios de octubre, el BCRA destrabó en noviembre en forma parcial los adelantos para comprar insumos y en diciembre, si no hay cambios imprevistos, será el turno de los bienes de capital.
El otro frente seguido con atención es el mercado de futuros, donde las expectativas de devaluación se incrementaron en las últimas semanas y llevaron al Central a adoptar una posición vendedora acumulada del orden de los US$ 6.000 millones, según cálculos privados. Este lunes y martes, en cambio, fue la primera vez que la entidad no tuvo que intervenir en el Rofex.