El cuerpo de Josías Galeano fue encontrado en un pantano de Oberá en avanzado estado de descomposición tras 34 días de búsqueda. Aún no se sabe cómo lo mataron
Josías Ezequiel Galeano, un adolescente de 15 años de la provincia de Misiones, fue visto con vida por última vez el 30 de abril pasado: el viernes último, 34 días después de su desaparición y tras una intensa búsqueda, su cuerpo fue encontrado semihundido en un pantano de la zona y en avanzado estado de descomposición.
Hasta el momento, según confirmó una alta fuente judicial a Infobae, por el asesinato hay un único sospechoso, que ya está detenido e incomunicado en una celda de la Seccional 3ª de Oberá: se trata de Andrés “Koki” Texeira, de 24 años y que conocía a la víctima. Supuestamente, habría confesado el crimen ante un testigo que luego brindó esa información a la Policía.
El viernes pasado, cerca de las 17.30, agentes de la Policía de Misiones encontraron el cuerpo del adolescente en un bañado que ya había sido rastrillado anteriormente. La imagen era brutal y el juez de instrucción Horacio Alarcón, a cargo de la investigación junto a la fiscal Myriam Silke, recomendó evitar la presencia de los padres del chico en el lugar.
“Estaba semihundido en el agua. El cráneo, la cara y el cuello carecían de partes blandas producto de la acción de la fauna regional. También le faltaban ambos pies. En un principio fue imposible confirmar si se trataba o no de Josías”, indicaron fuentes de la investigación a los medios locales. Luego se comprobó la identidad a partir de tres tatuajes en sus piernas y en uno de sus antebrazos.
El cadáver fue trasladado a la morgue judicial de Posadas este sábado, que hasta el momento sólo pudo confirmar la identidad pero no arrojó datos concluyentes sobre la mecánica de la muerte. El informe preliminar de la autopsia estableció que la data del fallecimiento podría ubicarse entre 20 y 25 días previos al hallazgo. El agua fría del pantano conservó sólo las partes del cuerpo que quedaron sumergidas.
Ahora, se esperan nuevos análisis toxicológicos, genéticos y anatomopatológicos que puedan ampliar detalles sobre la muerte del adolescente. Un dato estremecedor, que también será investigado en los próximos exámenes forenses, señala que el cuerpo de Josías fue encontrado con el pantalón y calzoncillos bajos, por lo que se analizará también la posibilidad de un ataque sexual.
La prueba que hasta el momento complica al único detenido es la declaración de dos testigos que lo señalaron ante la Policía como sospechoso. Uno de ellos, además, aseguró que “Koki” confesó el crimen. Según sus dichos, que aún no fueron formalizados ante la Justicia, el detenido señaló que Josías sabía algo sobre él y que por ese motivo “lo tuvo que matar”. Incluso, habría brindado detalles de la forma en que lo hizo.
“Esta declaración todavía no fue ratificada en sede judicial”, aclaró a Infobae una fuente con acceso a la causa.
Según consta hasta el momento en el expediente, “Koki”, sin ocupación ni domicilio registrado, posee varios antecedentes penales en causas por robo, robo calificado y amenazas. Lo detuvieron el viernes horas antes del hallazgo mientras realizaba una changa en un cultivo de yerba mate. De acuerdo al testimonio de vecinos durante la búsqueda, Josías y su presunto asesino se conocían del barrio y se juntaban a menudo a consumir drogas, principalmente, marihuana.
Uno de los hermanos de “Koki” declaró que hacía tiempo ya que no vivía con ellos ni con su mamá: lo habían echado de la casa cuando descubrieron que les robaba. Según contó su madre, Josías había dejado el colegio a los 13 y no tenía actividades. “Todo lo aburría. Hacía algo un mes y dejaba. Todo el tiempo estaba conmigo, salvo cuando por ahí salía los fines de semana con sus amistades. Un chico con muchas energías”, dijo Carolina Cardozo Ramírez en una entrevista con Tiempo Argentino.
Sin embargo, una parte de la familia de Josías no apunta a Texeira. “Para el 85% de nosotros este hombre que detuvieron es un perejil”, dijo a este medio un pariente de Josías que pidió no revelar sus datos.
Al radicar la denuncia, la madre de la víctima sostuvo que en los días previos a su desaparición, Josías estuvo detenido en las comisarías 2ª y 4ª de la Unidad Regional II, lo cual fue confirmado por la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura. Este organismo solicitó al juez Alarcón datos sobre la investigación y requirió medidas para garantizar que “su búsqueda y la investigación de eventuales responsabilidades se realice ajustada a los estándares internacionales en materia de desaparición forzada”.
De allí se desprende una segunda línea de investigación. Una fuente judicial confirmó a Infobae que ya fue abierta una causa paralela, también en la órbita del juez Alarcón, sobre el accionar de este grupo de policías. “Se separaron las causas para ver si hubo abuso de autoridad”, señaló el investigador.
De acuerdo a la misma fuente ya está acreditado en la investigación que Josías fue detenido el 11 de abril pasado en una causa contravencional por una pelea callejera y luego devuelto a su madre. La Justicia ya solicitó informes a la fuerza provincial y el juzgado de paz secuestró los libros de guardia del día en que se produjo el arresto.
“El día 29 (de abril) dos personas de civil buscaban a mi hijo. El 30 desaparece. Esas personas son policías y siguen trabajando. Me enteré por un vecino que los vio merodeando y preguntando por mi hijo”, contó la mujer. “Él me decía: ‘Ayudame mami, porque me van a pegar’, cuando lo sacaron de mi casa. Esa fue la única vez que lo llevaron de mi casa. Otras veces lo veían por la calle y lo demoraban porque sí”.
Cristian Galeano, el padre del adolescente, que es cabo primero de la Policía de Misiones, también declaró ante la fiscalía pero no adhirió a las declaraciones de la madre de Josías, de la cual está separado.
En el transcurso de la semana, mientras avanzan ambas causas y se termina de recopilar las declaraciones de testigos que involucran al único detenido, Texeira será llamado a indagatoria para que cuente su versión de los hechos y, llegado el caso, ratifique su presunta confesión.