Xavier Rubilar tiene 26 años, y hace tres trabaja en Edesal. El viernes, mientras hacía su recorrida habitual revisando los medidores de luz de las casas encontró un cartel que lo conmovió.
El mensaje decía: “Por favor, no me corten la luz. Me quedé sin trabajo, estoy solo con mis dos hijas. En cuanto pueda, voy a pagar la luz. Por favor y gracias”. Estas palabras tan sinceras fueron el puntapié inicial para que el joven iniciara una campaña para ayudar a este hombre.
Esta situación la vivió mientras caminaba por el barrio 600 viviendas de la ciudad de La Punta, a 20 kilómetros de San Luis capital. Lo primero que hizo Xavier fue sacarle una foto y compartirla en su WhatsApp. En pocos minutos recibió muchos mensajes ofreciendo ayuda.
“Estaba haciendo las lecturas, cuando levanté la tapa de un medidor y me encontré con el cartel de este hombre que decía que no podía pagar la luz porque se había quedado sin trabajo y estaba solo con sus dos nenas. Quebré en llanto al leerlo.”, explicó Xavier.
Al ver que los mensajes en su teléfono se multiplicaban, decidió ir por más, y armó una colecta solidaria a través de Facebook.
“Quería ayudarlo de una manera anónima, pero como hay plata de por medio hay que hacer todo transparente. Entonces abrí una cuenta en Mercado Pago para que la gente hiciera las transferencias”.
La campaña solidaria que inició Xavier
Las primeras donaciones fueron de $20, $30, $50 y $100. Pero de a poco se fueron multiplicando hasta alcanzar la cifra que el vecino debía.
“Él debía varias facturas de luz. Además, tenía un plan de pago. Todo eso sumado al cargo por mora, impuestos municipales y el consumo actual, el número era muy elevado. A esto hay que sumarle que en la zona no hay gas y dependen de lo eléctrico”, detalló el joven.
Xavier se puso en contacto con el hombre y mostró en las redes sociales los movimientos de dinero. “Es un hombre trabajador. Me contó que tenía un comercio, pero que por diferentes circunstancias lo tuvo que cerrar y actualmente estaba desempleado. Si le damos una mano va a tener la fuerza para conseguir otro trabajo”, detalló.
Lo cierto es que, gracias a la solidaridad de la gente, se superó el monto de las facturas impagas. “Le transferí todo el dinero que recaudé que eran unos $50.000″.
Con el excedente, el hombre le contó a Xavier que le pudo comprar útiles para la escuela a sus hijas. “Lo bueno que me deja todo esto, es que, si muchas personas se unen para algo, el resultado es positivo. Yo solo no lo hubiera conseguido. Por eso le quiero dar gracias a cada una de las personas que colaboró”, concluyó.