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Sobre un total de 10.223 categorías que están en las góndolas, 4.087 superan ese valor.
La estampida inflacionaria tras las PASO desbordó los controles de precios del Gobierno. A pesar del programa Precios Justos, el 40% de los productos básicos que venden los supermercados (alimentos, bebidas, tocador y limpieza) cuestan más de $ 1.000. Según un relevamiento interno de una cadena líder al que accedió Clarín, sobre un total de 10.223 categorías de consumo masivo que están en góndola, 4.087 superan ese valor. Y el 70,4% vale más de $ 500.
El dato significativo es que las grandes cadenas se comprometieron a rechazar aumentos del 5% por mes de sus proveedores, lo que les permite tener un rango de precios más bajo que el resto de los canales. Sin ir más lejos, en el supermercadismo aseguran que los mismos artículos “cuestan entre 30 y 90% más caros en autoservicios y almacenes”, señalaron.
El informe de precios es más abarcativo ya que se efectuó en un hipermercado, el formato de tienda más grande y que abarca muchas otras categorías, como juguetes, librería, accesorios para auto, iluminación, indumentaria y bazar, entre muchas otras cosas. En este caso, son un total de 18.461 de artículos, de los cuales el 60,9% superan los $ 1.000, el segundo de mayor valor que está hoy en circulación.
El impulso de los alimentos
Lo más preocupante, sin embargo, son los aumentos de productos de consumo indispensable. Según el último dato del Indec, en agosto, la inflación trepó al 12,4% (124,4% en el acumulado de los últimos 12 meses), pero el rubro que más subió fue el de alimentos y bebidas no alcohólicas (15,6%). Ese salto implica otro deterioro del peso, o de los billetes, cuyo poder de compra viene en franco declive.
Así las cosas, en los portales online de las cadenas se pueden comprobar las siguientes cosas. Un dulce de leche La Serenísima de 1 kilo cuesta $ 2.038; el queso crema Milkaut de 450 gramos, a $ 1.162; una caja de alfajores Jorgito de 6 unidades, a $ 1.894; el jabón en polvo marca Zorro de 3 kg, a $ 2.138; el shampoo Sedal de 650 ml, a $ 1.276; un paquete de yerba Taragüi de 1 kg, a $ 1.509; la mermelada de ciruela EMETH de 454 gr, a $1.231; aceite de girasol marca Pureza de 1,5 litros, a $ 1.209 y una barra de desodorante Old Spice de 50 gr, a $ 1.122.
Casi todos los cortes de carne, otro de los segmentos regulados por el Gobierno, también superan la barrera de los $ 1.000. El kilo de chorizo fresco, a $ 1.820; el kilo de marucha, $ 2.500; el roast beef, $ 2.700; carne picada desgrasada, $ 3.109; vacío, $ 3.369; y un pollo entero de 3,2 kilos, $ 3.072. Esto son algunos ejemplos tomados al azar, que pudo verificar Clarín a través de Internet.
Como es lógico, los productos que superan los $ 500 son muchos más. Según el mismo relevamiento de la cadena, de los 10.223 productos de consumo masivo, 7.193 superan ese valor (70,36%), pero en ese conjunto, los frescos lideran: el 77,7% cuestan más que el cada vez más deteriorado billete verde ilustrado con el yaguareté.
El programa Precios Justos se concentra básicamente en las grandes cadenas de supermercados, entre ellas Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y Vea), Coto, Changomás y La Anónima. Beneficiados por el mejor precio, el sector incrementó su participación de mercado a costa de autoservicios, almacenes y tiendas de cercanía independientes.
Según un informe de la consultora Scanntech, en agosto las ventas cayeron 12,6% y la tendencia se aceleró en la primera semana de setiembre. “En el acumulado del año nos deja una contracción del 6,5% en consumo”, dice
Scanntech detalla que “todas las familias de productos pierden en consumo en los primeros ocho meses del año: limpieza (-9,7%), cuidado personal (-12,1%) y alimentos (8,6%) son las de mayor caída. Bebidas (4,0%) presenta una variación negativa de menor magnitud”, concluye. Ese mes, el ticket promedio fue de $ 2.514, por la compra de 6,1 unidades.