A tres años de la desaparición de Guadalupe Belén Lucero, su paradero sigue siendo un misterio. El 14 de junio de 2021, en el barrio 544 Viviendas de San Luis, la niña de 5 años fue vista por última vez. Desde entonces, no hay rastros claros, pistas concretas ni una hipótesis sólida sobre su destino.
Todo comenzó ese lunes, durante el cumpleaños de Georgina, la tía y madrina de Guadalupe. La familia estaba reunida cuando su prima de 3 años alertó que “Guada no está”. A partir de ese momento, su nombre resonó en las calles sin obtener respuesta.
Minutos antes de las 20:00, las redes sociales se llenaron con el rostro de la nena que febrero cumplió ocho años. La búsqueda comenzó de inmediato, con vecinos y policías recorriendo la zona. Las linternas y celulares no encontraron rastro de la niña, y la preocupación creció a medida que pasaban las horas.
La comunidad de San Luis se unió en la búsqueda, pero a medida que avanzaban los días, la sospecha de un secuestro se hizo más fuerte. La Alerta Sofía se activó 48 horas después, pero la pequeña ya podría estar fuera de la provincia o incluso del país.
La investigación inicial incluyó 180 líneas de investigación, 900 declaraciones, 465 allanamientos y el análisis de 150 dispositivos electrónicos. Seis meses después, la causa pasó al fuero Federal, donde se repitieron algunas de las búsquedas iniciales.
A lo largo de estos tres años, la madre y el padre de Guadalupe, Yamila Cialone y Eric Lucero, mantuvieron viva la esperanza de encontrar a su hija. Participan en marchas, reuniones con autoridades y campañas de difusión. A pesar de los esfuerzos, no hay avances significativos.
Hoy, Guadalupe sigue desaparecida y su ausencia pesa en San Luis. El último aniversario intensifica el dolor de su familia y revive los interrogantes que acompañan al caso desde el inicio.