El ofrecimiento a los acreedores y la transferencia de acciones sería casi en simultáneo. El 3 de septiembre, una fecha límite.
La agroexportadora Vicentin presentaría una oferta formal de pago a sus acreedores, en la primera quincena de agosto, según afirmaron fuentes de la compañía santafesina. Y a la par de ello, esperan la propuesta conjunta de Viterra, Asociación de Cooperativas Argentinas y Molinos Agro, tres agroexportadoras que se mostraron formalmente interesadas en adquirir la empresa y preacordaron la posibilidad de que los actuales dueños cedan entre el 51 y el 90% de las acciones.
Los tiempos se aceleran y durante el próximo mes y medio habría definiciones, luego de más de un año de tensión, que incluyó un intento de intervención y expropiación de la empresa por parte del Gobierno nacional, a través de un decreto presidencial que fue desestimado luego por otra resolución del mismo tenor.
Si los planetas se alinean como el directorio de Vicentin espera, tanto la oferta de pago a los acreedores como la propuesta de venta se harían de modo casi simultáneo. En rigor, los montos con los que la agroexportadora pretendería conseguir una aprobación mayoritaria de los que reclamaron deudas por US$ 1.350 millones, va atada a lo que se pueda consensuar con las tres agroexportadoras referidas, una instancia de evaluación y negociación intensa que no se ha detenido desde que fue anunciada en mayo.
Luego de llegar a un preacuerdo de venta, se comunicaría la propuesta a los acreedores y, en caso de que haya una aceptación general, en línea con lo que establece la ley concursal, se efectivizaría después la transferencia accionaria.
En enero pasado, el juez Civil y Comercial de Reconquista, Fabián Lorenzini, que tramita el concurso de acreedores, verificó los créditos reclamados. En el caso de quienes entregaron granos, la deuda en pesos se admitió a por un valor total de $ 23.956.545.784,63, en tanto que las acreencias en dólares se establecieron en U$S 31.211.979,47, según el detalle del siguiente documento.
En el caso de los acreedores financieros, Lorenzini reconoció deudas a 27 firmas, entre bancos públicos y privados, argentinos y de otros países por al menos 1.000 millones de dólares, entre los cuales se destaca el Banco Nación, con US$ 296.000 por cobrar. Además de esas cifras, quedan por “recalcular” US$ 853 millones a la socia de Vicentin en la empresa Renova, Oleaginosa Moreno, del ex grupo Glencore, ahora denominado Viterra, que es una de las tres empresas que comprarían la mayoría accionaria de la empresa concursada.
Listado de los acreedores financieros y los créditos verificados en el concurso de acreedores de Vincentin.
En ese contexto, el 24 de junio se realizó la asamblea ordinaria y extraordinaria que aprobó el balance cerrado al 31 de octubre de 2020, así como la gestión del directorio (se renovaron los mandatos de quienes asumieron el año pasado) y lo actuado por la Comisión Fiscalizadora.
En el marco del concurso preventivo, la fecha clave es el 3 de septiembre, cuando vence el período de exclusividad (en el cual el deudor ofrece sus propuestas a los acreedores). Antes de eso, otro próximo paso procesal es la reunión informativa prevista para el 28 de agosto, según lo previsto por Lorenzini el mes pasado, para que intervengan voluntariamente los acreedores y la empresa.
Estado de cuentas
Según su último informe de evolución, en junio Vicentin tuvo prácticamente el mismo nivel de actividad que en mayo, con una leve reducción de los niveles de molienda, debido a la bajante del Rio Paraná.
Por otro lado, ha tenido un incremento de los gastos producto del pago de aguinaldos, por lo cual por primera vez en varios meses el resultado operativo fue negativo: US$ 630.000, producto de ingresos por US$ 6.870.000 y egresos de US$ 7.500.000.
Con todo, desde el directorio aseguran se ha hecho una buena reserva de caja en los últimos meses, con lo cual la administración operativa de la empresa funciona bien. Destacan que los recursos monetarios que se reunieron en el último año, en base a servicios para terceros, formará parte de esa primera propuesta formal a los acreedores prevista para el mes próximo.
En efecto, luego de la inactividad entre diciembre de 2019 y marzo de 2020 (en los primeros meses posteriores a la declaración de cesación de pagos del 4 de diciembre de 2019) la empresa fue sumando servicios para terceros (exportadores que utilizaron sus plantas industriales) y acumuló resultados operativos favorables.
Así, luego de reunir un saldo favorable de US$ 1 millón entre noviembre y diciembre de 2020, a comienzos de año el directorio proyectó que aún en el escenario más desfavorable, cumplirían con todos sus compromisos internos (remuneraciones, impuestos y mantenimiento de instalaciones) y la empresa transitaría el camino hacia la resolución concursal con una “sólida posición de caja”, tal como ahora aseguran que disponen.
Ya entre enero y febrero de este año acumuló ganancias por US$ 4,5 millones y pese a cambiar de clientes a los que les prestó servicios, en los meses siguientes mantuvo un resultado operativo favorable en torno a US$ 1 millón por mes.