Tras la noticias de un nuevo acercamiento del Gobierno Petro con el régimen chino, analistas alertaron de los peligros que representa meterse en el medio de la guerra comercial que sostienen Washington y Pekín
En su alocución del 21 de abril el presidente Gustavo Petro anunció su visita a China, para encontrarse con el presidente Xi Jinping, no solo como presidente de Colombia, sino de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
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Sobre este acercamiento con el régimen chino, diferentes analistas recomiendan al Gobierno Nacional actuar con prudencia, pues señalan que, con la guerra comercial que sostienen Washington y Pekín, el contexto internacional se torna especialmente sensible, sobre todo cuando ya Gustavo Petro ha tenido fisuras diplomáticas con Donald Trump.

Para Espinal es fundamental que la visita de Petro a China no vaya a ser la excusa para hacer alusiones negativas a Estados Unidos o al propio presidente Trump, pues esto sólo intensificaría las ya complejas relaciones entre ambos páises.
En ese punto coincide Michael Ortegón, economista y docente colombiano, que el balance de las relaciones internacionales de Colombia es la clave.
“Es fundamental reconocer que esta reconfiguración debe gestionarse con cautela. Un acercamiento excesivo a China podría generar tensiones con Estados Unidos, un actor clave en la estructura económica global. Las consecuencias de no balancear adecuadamente esta relación podrían incluir no solo represalias comerciales, sino también la reconfiguración de alianzas estratégicas que impactarían la estabilidad económica y geopolítica del país”.
Por su parte, Juan Nicolás Garzón, internacionalista y profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, se refirió a las razones que llevan a Petro a buscar las relaciones diplomáticas con China.
Garzón señala que los estados buscan “blindarse” comercialmente, ampliando su abanico de posibilidades de crecimiento económico. Señala, sin embargo, que más allá de los tratados comerciales, el Gobierno de Colombia buscaría estimular las posibilidades de inversión por parte de China.
El analista hace una advertencia: “Dado que tanto el gobierno de Petro como el de Trump se caracterizan por ser tan personalistas, no puede descartarse que cualquier gesto puede interpretarse como una provocación y eso puede derivar en reacciones”.

En ese sentido, Ortegón señala que hay que tener en consideración cifras de primer orden, no solo de Colombia sino de la Celac, pues los números serían los principales protagonistas de cara a diferentes variables internacionales y el nuevo encuentro entre China y Colombia.