Tiene 19 años. El enfrentamiento ocurrió cuando dos grupos se cruzaron y, al parecer, uno se rio del otro.
Jesús Silvera había comenzado el sábado junto a sus amigos del barrio 500 Viviendas de Villa Mercedes. Estaban a punto de asomarse los primeros rayos del sol cuando este grupo se cruzó con otro en una esquina del vecindario. En esos segundos en los que los jóvenes intercambiaron miradas, al parecer, alguien o algunos de los que estaban con Silvera se rio. Esa simple acción, que tal vez fue producto del alcohol, no cayó bien a los integrantes del otro grupo. Y así, prácticamente de la nada, comenzó una batalla en la que volaron cascotes de un lado y del otro. No está claro en qué momento terminó la pelea, ni por cuánto tiempo se prolongó. Pero de lo que no hay dudas es de la consecuencia que tuvo: Jesús pelea por su vida en el Policlínico Regional “Juan Domingo Perón” por un ladrillazo que recibió en la cabeza.
Apenas fue ingresado al hospital, los médicos advirtieron que la víctima de 19 años presentaba múltiples escoriaciones en la cara, moretones en los ojos y dos heridas cortantes en el cuero cabelludo, informó una fuente policial. Los profesionales le practicaron una tomografía, para determinar qué tan graves eran las lesiones en el cráneo. Así corroboraron que tenía una fractura en la cabeza y un hematoma subdural, es decir, algunos vasos sanguíneos se habían reventado debido al golpe, lo que le provocaba una presión en el cerebro a causa de la sangre acumulada.
Las heridas eran graves. Silvera fue intubado y a las 10:30, operado. Según confió esta fuente allegada a la investigación, los cirujanos temían que el paciente no pudiera resistir semejante intervención quirúrgica, dado su delicado estado, pero lo logró.
“Ahora los médicos tienen que monitorear la evolución del chico, sobre todo las próximas 48 horas”, comentó la fuente. Hasta el cierre de esta edición, la víctima continuaba en terapia intensiva, con pronóstico reservado.
Su evolución clínica, el tiempo que le tome recuperarse de los traumatismos, así como las posibles secuelas que puedan quedar son aspectos que el juez instructor Leandro Estrada tendrá en cuenta para caratular la causa. No obstante, los policías preventivamente caratularon el sumario “Lesiones”.
Batalla campal al amanecer
Los datos que los investigadores han recolectado y que les han permitido reconstruir lo que sucedió en la pelea surgieron de lo que los amigos de la víctima relataron. Pues, debido al horario en el que se dio, no hubo testigos del enfrentamiento.
Los amigos de Silvera contaron que habían pasado la noche en la casa de uno de ellos. Cerca de las 5:30 salieron y cuando caminaban por la manzana 862, a metros de Justo Daract y Tallaferro, se cruzaron con otro grupo.
Los jóvenes no comentaron si los otros eran conocidos y si sabían que eran del barrio. Solo dijeron que cuando los del grupo de Silvera pasaron riéndose, los otros empezaron a atacarlos con ladrillos.
Los amigos del herido no se quedaron atrás y también respondieron arrojando el mismo tipo de elemento. A algunos los partieron y a otros, los tiraron enteros. Cuando se les acabaron, regresaron a la casa de uno de ellos en busca de más ladrillos para arrojar.
La pelea habría terminado cuando Silvera cayó herido y los muchachos del otro bando escaparon a la carrera.
Ayer a la noche, policías de Homicidios, a cargo del oficial principal Sebastián Tula, revisaban las cámaras de seguridad del barrio. Lo hacían con la esperanza de que en alguna de las filmadoras haya quedado registro de los intervinientes en la pelea y de los agresores, de sus características físicas, el rumbo que tomaron o, al menos, alguna secuencia de la huida.